31 de marzo de 2012

Leo en 'Babelia'

“Cada quien es hijo de su tiempo y nuestro tiempo innegablemente es el del Tratado de Libre Comercio y el del alzamiento zapatista. Pero también somos hijos de la desolación que dejaron a su paso nuestros padres, quienes vendieron su esperpéntica derrota de 1968 como una gran victoria. Es decir, somos hijos de una democracia de papel que no funciona en la práctica. Somos hijos del desengaño y el egoísmo y nietos de la injusticia, el desorden y una cierta solidaridad ya agotada." 

Emiliano Monge

25 de marzo de 2012

Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat - Después de los despueses

Si hubiera justicia musical en las radio fórmulas españolas esta canción sería número 1 de cualquier lista durante, al menos, un año seguido. Por algo no las escucho. Esta podría ser la segunda parte de 19 días y 500 noches. Se trata de la segunda pieza de La Orquesta del Titanic, disco que ha compuesto a dúo con su primo Joan Manuel Serrat. He dicho.

Se enamoró de mis baladas suburbiales
Igual que se enamoran
las miopes abogadas defensoras
De abyectos criminales.
Lejos de mí, colgarme agravios y medallas
Resabios y bypasses
Ella tenía marido, morbo, clase
Yo… un corazón canalla.
Hubo de todo, risas, duelos y querellas
Caricias, disparates
Hasta la luna en los escaparates me engañaba con ella.
Pero antes del después de los despueses
Haciendo eses
Aprendí a maldecir el deber
Y a sentir sin saber
Lo que nadie sabía
Si pequé nunca me arrepentí
Guardo un maravedí de carmín todavía.
Agonia, garrafón, noche indigesta
A veces amanecía por detrás del botellón y de la siesta
Confieso que merecían tus besos
Una canción mejor que esta.
Fue más urgente
El aguardiente del mañana
Que el pan caliente de hoy
Cuando el contestador dijo no estoy
Bajamos la persiana.
Bendito infierno
La pasión según el Gabo
oxida y envejece
Cobra vida en invierno
Y amanece con cuernos y sin rabo
Ningú n traidor le fue con furcios al marido
Profanando lo nuestro
el trabajo más sucio y más siniestro
fue cosa del olvido
Peor es que después de los despueses
Haciendo eses
Maquille mi afición a llorar
Solo el muladar
Apilando despojos
Ni siquiera recuerdo el dolor que borró
Un ascensor del color de sus ojos
Ducha fría, resacón y fin de fiesta
A veces amanecía por detrás del malecón y las orquestas
Confieso que merecían
tus besos una canción mejor que esta
Agonía, garrafón, noche indigesta
Se enamoró
Se enamoró
Y me enamoré yo
Se enamoró
Se enamoró
Y me enamoré yo
Se enamoró
Se enamoró
Y me enamoré yo
Se enamoró.

19 de marzo de 2012

La atareada y estúpida vida de un pájaro en el Tercer Reich

Cuando las prisas no son buenas consejeras, aparecen en mi cuaderno digital entradas como la que precede a esta. Un texto inconexo, imposible de relacionar con una foto de una garza real sobrevolando el río Esla a su paso por la localidad de Valencia de Don Juan. Poco tiene que ver la justicia social y divina que supone, en palabras del ensayista francés Frédéric Beigbeder, que la belleza de las mujeres se concentre en las que pertenecen al lumpen.

En realidad, lo que andaba rebuscando en mi memoria era un pequeño frangmento de la novela El mapa y el territorio de Michel Houellebecq en la que se suicida (literariamente hablando) convirtiéndose en víctima y asesino al mismo tiempo, haciendo verdaderamente notoria la historia que nos cuenta y que, al cuestionar nuestro estilo de vida y la sociedad individualista que hemos creado, no nos deja indiferentes.

El párrafo, que se puede aplicar a la ebria trayectoria de cualquier golondrina o vencejo, pájaros que en grupo amenizan melódicamente los amaneceres de aquellos lugares donde la civilización urbanizadora no ha absorbido totalizadoramente el espacio con su construcción y está permitido contemplar los dorados crepúsculos del amanecer y los anaranjados atardeceres, es el siguiente: "Los pájaros no son nada... devoran miles de insectos revoloteando patéticamente de un lado a otro... Una vida atareada y estúpida".

Quizá la vida de la garza real sea más tranquila que la de un vencejo. Y que la de un ser humano, que en estos tiempos de la revolución de la información, que nos hace a todos emisores y receptores de mensajes, nos deja menos tiempo para leer libros, aunque pone a nuestra disposición una pantalla que puede almacenar más de 2000 novelas, novelas que en su mayoría no leeremos nunca, en unos minutos.

Y cuando entran las dudas razonables de seguir con la obra de Roberto Bolaño, la criatura más grande e interesante que ha surgido en la literatura latinoamericana de fin del siglo pasado, pensando que tras haber leído 2666 o Los detectives salvajes puede llegar la lógica decepción, uno se acuerda de Los sinsabores del verdadero policía, obra póstuma e inconclusa que no desmerece a las anteriores, y comienza a leer otra póstuma del malogrado chileno, El Tercer Reich, y ya en sus primeras páginas nuestro protagonista, en su diario, advierte al lector disipando cualquier duda por razonable que pudiera parecer: "Sobre la falta de aburrimiento Conrad dice que es la prueba de oro de la salud. Mi salud, según esto, debe ser excelente. Sin pecar de exagerado, creo que estoy en el mejor momento de mi vida..."

11 de marzo de 2012

La garza real sobrevuela el Río Esla

Garza real sobrevuela el Río Esla
 
"Pero no es culpa mía si las chicas más bonitas del mundo son socialmente desfavorecidas, seguramente es cosa de Dios, que intenta restablecer así un simulacro de justicia sobre la tierra." Frédéric Beigbeder, Una novela francesa