14 de junio de 2011

De "putaditas" e indignados

Fabra (sí, el de la dinastía Fabra de Castellón) se hizo famoso por haber planificado y construido el primer aeropuerto que se diferencia del resto porque no tiene aviones ni se les espera. Pero también se hizo famoso por celebrar la prescripción de un delito, hecho que asemejaba a la absolución o a una suerte de certificación de inocencia.

Pero no hay que irse lejos para encontrarse con casos como el de D. Fabricio de la Plana o el de los Expedientes de Regulación de Empleo fraudulentos en Andalucía. Basta con ir unos kilómetros al sur de donde vives y comprobar como, tras el 22 de mayo, los protagonistas de una turbia y escandalosa historia de bandos, alcalde, concejalas, empleo público y secretarias siguen ahí, gobernando la institución más cercana al ciudadano, como suele decirse.

Lo que no sabía es que también aquí, a orillas del Esla, el denunciante se convierte, por arte de magia del denunciado, en agresor. O lo que es lo mismo: doblemente agredido. Agredido por cómo se gestionan los asuntos públicos en las administraciones y agredido porque uno tiene que sentirte culpable. Pero, tal y como está el sistema, la paciencia tiene límites; límites que cuando rebasan algún punto clave provocan indignación. Lo que uno no sabía era que al denunciar hacía "putaditas" a los denunciados.

2 de junio de 2011

Blas de Otero - En el principio

Film socialisme, de Jean-Luc Godard

Hay vida después del 22 de mayo. Estaba viendo ayer la película de Jean-Luc Godard -cineasta francés representante de la nouvelle vague-, que me sirve de título para esta entrada, y reconozco que me conmovió escuchar de nuevo la voz de Paco Ibáñez en una grabación memorable de los años 70, en el Olympia de París, musicalizando el poema de Blas de Otero "En el principio", 

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.