29 de enero de 2008

Clases de Filosofía Política y de Ciencia Política en el I.E.S. Padre Isla (León). Filosofía de 1º de Bachillerato.

Qué es la utopía. Rasgos básicos de la utopía. El Quijote como utopía popular (lectura de la obra de Cervantes que hace León Felipe). Utopías clásicas, La república de Platón. Utopías medievales, el ideal del imperio cristiano. Las utopías renacentistas, Tomás Moro y su isla Utopía.

El tema de las “Utopías sociales”, capítulo 18 del manual de primero de bachillerato de Adela Cortina, lo vamos a dividir en dos grandes bloques utopías (premodernas y modernas –debate entre Ilustración y Romanticismo y filosofías políticas contemporáneas-) y antiutopías.

Introducción:

La idea de que la sociedad en la que vivimos puede ser mejor forma parte de nuestra percepción del mundo social. Las utopías sociales describen situaciones u órdenes de una sociedad donde todos, si pudiéramos, "queríamos vivir".

Concepto de utopía:

La Real Academia Española de la Lengua define utopía como "plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación". Tomás Moro fue el primero en utilizar este vocablo en el siglo XVI y significa literalmente "lugar irreal, no existente". La palabra está compuesta por dos neologismos (vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua): outopía (ningún lugar) y eutopía (buen lugar).

Rasgos básicos de la utopía:

- Origen: aparecen en momentos de crisis de las tradiciones, de las ideologías y del orden social existente.

- Fundamentación: se apoyan en determinadas concepciones de la naturaleza humana y del bien común, y parten de unos valores éticos y políticos desde los que se elabora una idea de nuevo orden social.

- Función: suele ser crítica, porque denuncia injusticias del orden social vigente y una función constructiva, pues ofrecen alternativas e ilustran sobre el modo de llevarlas a cabo.

- Objetivo: idear instituciones que conduzcan a una sociedad perfecta.

- Metodología: experimentación mental de posibilidades. Se trata de descubrir nuevas posibilidades en la realidad.

- Carácter global: presentan propuestas claras de planificación social, propuestas, las reglas de convivencia, las instituciones, etc.

La utopía social es un modelo ideal de sociedad alternativo al existente, que presenta los valores e instituciones necesarios para llevar a la práctica una concepción de personas y una idea de la vida buena y feliz. Pretende lograr así una orientación para el cambio social y la transformación de la realidad.

El Quijote ha tenido muchas y diversas interpretaciones más allá de la que hizo su autor, Miguel de Cervantes, que presentó su obra como un libro que pretendió matar a las novelas de caballerías a comienzos del siglo XVII. León Felipe, poeta zamorano, de la estepa castellana como solía decir en sus versos, poeta materialista histórico como Neruda o Bertolt Brecht, relee la obra de Cervantes en clave utópica ya que el ingenioso hidalgo nos muestra a través de su supuesta locura, con la justicia por bandera, un mundo aciago, plagado de injusticias, pero, al mismo tiempo, nos visiona cuál es para él el mundo idílico, en el que le gustaría vivir. León Felipe se vale de esa metáfora para apelar a una nueva sociedad: la socialista, donde no habrá ya injusticias, donde se mate al rico y al pobre para que nazca el hombre, el hombre heroico.

En “El poeta prometeico”, que encontramos en su obra El payaso de las bofetadas y el pescador de caña [1938] (en Poesías completas en Colección Visor de Poesía, Madrid 2004, pág. 218 y 219), leemos:

“(…) La primera aventura de Don Quijote no es ni la de Puerto Lápice ni la de los molinos, como quieren algunos. La primera aventura surge cuando el poeta se encuentra con la realidad sórdida de España, después de salir de su casa, llevando en la mano la justicia. Cuando llega a la venta. No es verdad que nada épico sucediese allí. Allí comienza la hazaña primera y única que se ha de repetir a través de todo el peregrinaje del poeta. Porque no hay más que una hazaña en toda la crónica: el trastrueque, el trasbordo de un mundo a otro mundo; de un mundo a otro, de un mundo ruin a un mundo noble. Aparentemente no es más que una hazaña poética, una metáfora. Pero es una hazaña revolucionaria también, porque ¿qué es una revolución más que una metáfora social?

Don Quijote se encuentra en la venta con un albergue sucio e incómodo, con un hombre grosero y ladrón, con unas prostitutas descaradas, con una comida escasa y rancia, y con el pito estridente de un castrador de puercos. Y dice en seguida: Pero esto no puede ser el mundo; esto no es la realidad, esto es un sueño malo, una pesadilla terrible…, esto es un encantamiento. Mis enemigos, los malos encantadores que me persiguen, me lo han cambiado todo. Entonces su genio poético despierta, la realidad de su imaginación tiene más fuerza y puede más que la realidad transitoria de los malos encantadores, y sus ojos y su conciencia ven y organizan el mundo, no como es, sino como debe ser. Se produce la gran metáfora poética que anuncia la gran metáfora social. Porque cuando Don Quijote toma al ventero ladrón por un caballero cortés y hospitalario, a las prostitutas descaradas por doncellas hermosísimas, la venta por un albergue decoroso, el pan negro por pan candeal, y el silbo del capador por una música acogedora, dice que en el mundo no debe haber ni hombres ladrones, ni amor mercenario, ni comida escasa, ni albergue oscuro, ni música horrible, y que nada de esto habría si no fuera por los malos encantadores. Estos encantadores se llaman de otra manera. Don Quijote sabe muy bien cuál es su nombre exacto, pero para denunciarlos se vale también de una metáfora.

¿Queréis que el poeta hable más alto y más claro? ¿Que se exprese de una manera dialéctica? Pero el poeta no es un orador de mitin. Y no es urgente, no es necesario todavía, extenderle un carné. Nadie debe decir: ese poeta es marxista, porque entonces su voz perdería elevación. Está con vosotros, ¿qué más queréis? Vuestra pequeña revolución económica y social de hoy cae, se defiende y se prolonga bajo la curva infinita de su vuelo. (…)”

Examinado un ejemplo de utopía popular, nos dedicaremos a analizar tres tipos de utopías premodernas.

La primera que vamos a analizar someramente, que pertenece a las utopías clásicas, es la que Platón (428-347 a.C.) esboza en La República. Nuestro autor utiliza el método socrático, que es un método dialéctico de demostración lógica para la indagación de nuevas ideas o conceptos en el que participan dos interlocutores, siendo uno de ellos quien expone sus tesis liderando la conversación, en espera que la otra persona apruebe, como hace con desdoro, esto es, servilmente, o refute sus afirmaciones.

Platón afirma en su obra que la injusticia provoca sediciones y odios, además de luchas de unos contra otros, mientras que la justicia trae concordia y amistad. La ciudad, cimentada en cuatro virtudes –prudencia, valerosa, moderada y justa- surge porque ninguno de nosotros nos bastamos por nosotros mismos. La ciudad la construyen nuestras necesidades como son: i) provisión de alimentos, ii) habitación y iii) vestido y cosas similares. En la ciudad nadie quiere gobernar porque no ordena lo mejor para sí mismo, sino para el gobernado, de ahí que sea justo establecer una recompensa a los que se disponen a gobernar –Platón ya presupone en su ciudad que los gobernantes serán honestos y buenos gestores-. La ciudad precisará de guardianes ya que cuando crezca en habitantes tiene que aumentar su territorio, recortando el del vecino, y viceversa, el vecino el nuestro. Así nacen las guerras. El guardián ha de ser filósofo, es decir, ávido por conocer, fogoso, veloz y fuerte por naturaleza. Los médicos serán los más hábiles que tengan aprendida su profesión, que hayan estado en contacto con la mayor cantidad de cuerpos mal dotados físicamente, y, sin ser de constitución robusta, hayan sufrido toda clase de enfermedades. El juez ha de ser anciano, ya que así habrá aprendido qué es la justicia y la injusticia, además de estudiarla.

Lo más controvertido de la ciudad consiste en la fábula basada en un caso fenicio, que podemos encontrar en el “Libro IV”. El mito dice que hermanos son todos los que habitan en la ciudad, pero, al formarles los dioses, hicieron entrar en ellos: a) oro en los que están capacitados para gobernar; b) plata en los auxiliares y c) bronce y hierro en la de los labradores y los demás artesanos. Los metales están relacionados con las especies de alma (racional, concupiscible –tendencia al bien sensible- e irascible). Existe la movilidad social un hijo de oro nace de bronce o de hierro debe ser relegado, o en el caso contrario, alzado. Esta idea nítidamente discriminatoria choca con la defensa que Platón hace de la igualdad de trato para las mujeres que para los hombres. Defiende que no hay ninguna ocupación por sí misma del varón ni de la mujer. Las mujeres guardianas, que también las hay, son comunes para todos los hombres, ya que ninguna cohabitará privadamente con ninguno de ellos y los hijos serán comunes. Los gobernantes diseñarán el número de matrimonios a través de un sorteo amañado que determinará emparejamientos de padres que estén en la flor de la edad (20 años en la mujer, 30 en el hombre). En el libro VII Platón expone su tesis, a través del Mito de la caverna, sobre la existencia del mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo de las ideas (solo alcanzable por la razón).

Las utopías medievales, como La ciudad de Dios, de San Agustín, apuestan por un ideal de imperio cristiano, donde la sociedad se basa en los principios del amor a Dios, de la que debe tomar ejemplo la ciudad de los hombres. Es un ideal, aunque divino, para la ciudad terrenal.

Las utopías renacentistas piensan en una sociedad basada en el saber y en los adelantos técnicos y científicos. Existe una comunidad de bienes en dichas sociedades y la estructura social es jerárquica y planificada. Tomás Moro (1478-1535) nos propone en su imaginaria isla, Utopía, la siguiente sociedad:

- Igualdad económica, eliminación de la propiedad privada.

- Inexistencia de dinero

- Estructura política democrática

- La institución básica es la familia

- La sociedad está planificada

- La educación se centra en la formación profesional y en la estima a la vida social

- La tolerancia es el principio básico de la convivencia, tanto en los aspectos religiosos como en los políticos y sociales

28 de enero de 2008

Clases de Filosofía Política y de Ciencia Política en el I.E.S. Padre Isla (León). Filosofía de 1º de Bachillerato.

Regímenes políticos, características de la democracia, diferencia entre parlamentarismo y presidencialismo, leyes electorales mayoritarias y proporcionales y la ley D´hont.

Contenido:

  • 1. Tipología de los regímenes políticos
  • a) Regímenes democráticos
  • b), c), d), e) Regímenes no democráticos (autoritarios, totalitarios, postotalitarios y sultanistas)
  • 2. Concepto y características de la democracia
  • 3. Diferencias entre regímenes presidencialistas y regímenes parlamentarios
  • 4. Leyes electorales mayoritarias y proporcionales. Ley D´hont: cómo se distribuyen los escaños en España
  1. Tipología de los regímenes políticos:

Ya Aristóteles construyó la primera tipología de las formas de gobierno en virtud de cuántos gobiernan (uno, pocos o muchos) y cómo gobiernan (bien o mal):

Cuántos / cómo gobiernan

Uno

Pocos

Muchos

Buen gobierno

Monarquía

Aristocracia

República

Mal gobierno

Tiranía

Oligarquía

Democracia

En las tipologías, los tipos han de ser mutuamente excluyentes, ya que no puede haber un mismo tipo incardinado en variables distintas (democracia –muchos gobiernan y mal; muchos gobiernan y bien).

Linz y Stepan nos sugieren la siguiente tipología de regímenes políticos modernos:

a) Democracia: existe pluralismo político, tutelado legalmente, que es responsable de sus decisiones ante los ciudadanos o sus representantes. Hay autonomía en la economía, en la sociedad y en las organizaciones. En cuanto a la ideología existen reglas para garantizar el ejercicio de la oposición. Se respetan a las minorías. En consecuencia, existe un alto grado de participación ciudadana. El liderazgo es vertical, esto es, seleccionando a las elites políticas en elecciones libres y se encuentra limitado en la toma de decisiones por la Constitución y las leyes. (Analícese cualquier país de la Unión Europea.

b) Autoritarismo: el pluralismo es limitado y no responsable de sus decisiones políticas. No existe una ideología-guía articulada. Apenas existe movilización en el sistema político salvo en supuestos excepcionales. El líder o pequeño grupo ejercita el poder dentro de unos límites indefinidos pero previsibles. Las elites políticas se eligen por cooptación y los funcionarios, sean civiles o militares, gozan de cierta autonomía. (El régimen del general Franco es un ejemplo de este tipo de régimen).

c) Totalitarismo: en este tipo nos encontramos ante una ausencia de pluralismo, tanto social, como económico y político. Existe una ideología-guía compleja, es una suerte de utopía alcanzable. Hay una movilización amplia en muchas organizaciones obligatorias creadas por el régimen que solo es posible mediante el activismo de cuadros y militantes. El poder que ejerce el líder no tiene límites definidos y es imprevisible. El líder a menudo suele ser carismático y el reclutamiento de elites políticas suele basarse en el éxito y en la dedicación a la organización del partido de las mismas. (La extinta URSS o la Alemania nazi como paradigmas).

d) Post-totalitarismo: el pluralismo social, económico e institucional es limitado, no responsable y el partido detenta formalmente el monopolio del poder. La ideología-guía oficial existe aún pero el compromiso con respecto a la utopía es más débil, limitándose a un consenso programático. La movilización también amaina y el líder se conforma con conseguir un mínimo grado de lealtad y obediencia. Los líderes esporádicamente son carismáticos y los más importantes provienen de la tecnocracia interna del partido. (Estamos hablando de países que conformaban la antigua URSS y que aún no han realizado la transición hacia la democracia).

e) Sultanismo: existe un pluralismo económico y social sujeto a intervenciones arbitrarias y despóticas. Hay una fusión entre lo público y lo privado. En cuanto a la ideología, sobre todo se produce una manipulación arbitraria de símbolos y una glorificación eterna del gobernante. No existe, pues, una ideología ni mentalidad característica a parte del personalismo despótico. La movilización es limitada y ocasional. La coerción y los métodos clientelares en la relación de los ciudadanos con el poder es un rasgo básico de estos regímenes. El sultán (que podemos denominarlo también sátrapa o tirano), moviliza a grupos paraestatales que ejercen la violencia. El liderazgo es inequívocamente personalista y arbitrario, con tendencia dinástica y el líder se encuentra desvinculado de cualquier ideología. El equipo del déspota está conformado por miembros de su familia, amigos y socios. Los ciudadanos están sumidos personal y exclusivamente al gobernante. (El régimen de los Somoza en Nicaragua fue un claro ejemplo de sultanismo). Evoco aquí un pasaje del libro Tirano Banderas del escritor Valle-Inclán que define muy bien cómo actúa un líder de un régimen sultanista –aunque también podría valernos para visualizar cómo actúa cualquier dictador de un régimen no democrático: “El gobernante, muchas veces precisa ahogar los sentimientos de su corazón, porque el cumplimiento de la ley es la garantía de los ciudadanos trabajadores y honrados: el gobernante, llegado el trance de firmar una sentencia de pena capital, puede tener lágrimas en los ojos, pero a su mano no le está permitido temblar.”

2) Concepto y características de la democracia

Por democracia solemos entender “gobierno del y para el pueblo”. El pueblo como único sujeto que ejerce su voluntad. Pero en la sociedad hay conflicto (de ideas, de intereses, de concepciones de vida buena…) -para regularlo tenemos la política- si hay dos actores, por lo que descartamos esta definición por el simple hecho de que solo hay un actor: el pueblo.

En la teoría empírica de la democracia, se habla de poliarquía (gobierno de muchos) para referirse a la democracia, dejando el término democracia como un régimen político ideal que dista de nuestras “poliarquías” actuales. Las garantías de la democracia para Robert Dahl son:

- Libertad para organizarse

- Libertad de expresión

- Derecho de voto

- Fuentes de información de alternativas a las del Gobierno o del resto de poderes del Estado

- Elegibilidad para cargo público (salvo en supuesto de transgresión del código penal)

- Elecciones libres, justas y limpias

- Derecho a competir por los votos

- Instituciones o reglas que garantizan que las acciones del gobierno dependan de los votos de los ciudadanos.

El politólogo Giovanni Sartori nos proporciona la definición mínima de la democracia:

. Sufragio universal (masculino y femenino)

. Elecciones libres, competitivas, recurrentes (periódicas) y limpias

. Existencia de más de un partido en el sistema de partidos

. Fuentes de información política diferentes y alternativas

Schumpeter define a la democracia como un método. “El método democrático es el instrumento institucional para tomar decisiones políticas. De acuerdo con el cual algunos individuos obtienen el poder de decidir mediante una lucha competitiva por el voto popular.”

Lo que hay que tener presente, en definitiva, es que en una democracia hay principios que no se pueden vulnerar:

  • - Acuerdo sobre reglas / disenso o conflicto sobre contenidos (Constitución española / políticas públicas)
  • - Regla de la mayoría / protección de las minorías (uno o varios partidos pactan un programa de gobierno y lo ejecutan / los partidos de la oposición gozan de capacidad para ejercer la crítica y representar a los ciudadanos que han confiado con sus votos en ellos)
  • - Amplia representación de intereses e identidades / eficacia decisional (la democracia ha de incluir en sus instituciones la mayoría de los intereses y de las identidades que existen en la sociedad / ello no es óbice para que la toma de decisiones, de conformidad con la legalidad vigente, en las instituciones sea ágil y ninguna minoría pueda obstaculizarla)

3. Diferencias entre regímenes parlamentarios y regímenes presidencialistas

La principal diferencia radica en la legitimidad democrática. La única institución en el parlamentarismo con legitimidad democrática es el parlamento. La legitimidad del Presidente y su Gobierno es indirecta. El parlamento inviste al Presidente del Gobierno, pero, del mismo modo, sin convocarse nuevas elecciones, puede destituirlo mediante el mecanismo de la moción de censura. (Véase España)

Por el contario, en el presidencialismo existe la legitimidad dual. Los ciudadanos eligen por un lado al presidente y, por otro, a sus representantes en las cámaras. El Presidente no puede ser destituido por las cámaras, solo por algún procedimiento especial, como en EEUU el famoso “impeachment” (su traducción literal es bochorno). Y los mandatos, salvo situaciones límite o extraordinarias, son fijos.

Autores como Linz y Stepan apuestan por el parlamentarismo ya que es, a su juicio, más estable que el presidencialismo que es un juego suma cero, en el que uno lo gana todo al mismo tiempo que otro lo pierde. Como evidencia comparan América Latina (toda ella llena de regímenes presidencialistas) con Europa, donde abundan los regímenes parlamentarios (España, Alemania, Italia y Reino Unido).

Mainwaring y Shugart discuten esa idea arguyendo que para entender la inestabilidad política en América Latina hay que atender, además de la situación socioeconómica de los países y la ausencia de una mesocracia (mayoría de clases medias), a las siguientes cuestiones:

i) Si existe o no gobierno unificado. Se dice que hay un gobierno unificado (El Presidente y la mayoría de las asambleas son de un mismo partido). En caso de que no lo sean decimos que hay un gobierno dividido.

ii) El número efectivo de partidos (indicador que se obtiene teniendo en cuenta el número de partidos y el peso de los mismos) que afecta a la estabilidad entre el parlamento, la asamblea y el presidente. (Ejemplos característicos de presidencialismo estables con bipartidismo son Costa Rica y EEUU).

4. Leyes electorales mayoritarias y proporcionales. Ley D´hont: cómo se distribuyen los escaños en España

Existen dos tipos de leyes electorales en los sistemas políticos. Por una parte, las mayoritarias, y, por otra, las proporcionales. Dos ejemplos son, respectivamente, Reino Unido y España.

En los sistemas mayoritarios el partido o candidato que obtenga más votos en la circunscripción se lleva el (los) escaño(s) en juego. El resto de partidos o candidatos, por el contrario, no conseguirían ninguno. Este sistema, además de aplicarse en el Reino Unido, se utiliza en la asignación de representantes en el Colegio Electoral que elige al Presidente de los Estados Unidos (si el Partido Republicano obtuviera más votos que el demócrata en el Estado de Wyoming, se llevaría todos los compromisarios en juego en dicho Estado).

Los sistemas proporcionales, se pretende repartir de manera más proporcional los escaños de cada circunscripción, de conformidad con los votos que obtiene cada partido en las elecciones.

En España, en las elecciones al Congreso de los Diputados, los ciudadanos votamos listas cerradas y bloqueadas que presentan los partidos en cada circunscripción. En nuestra provincia, León, los ciudadanos elegimos a 5 diputados. El reparto de los diputados entre las diferentes candidaturas se obtiene después del proceso de aplicación de la Ley D´hont, que es una fórmula proporcional. Dicho proceso es el siguiente: dividimos el total de votos válidos de cada partido entre uno –el cociente se denomina media- el primer escaño se le atribuye a la media mayor, se divide, de nuevo, el total de votos válidos por el número de escaños asignados ya a ese partido más uno, asignando sucesivamente los escaños entre las medias más altas hasta completar el número de escaños. Veámoslo con un ejemplo verídico:

Votos obtenidos en el año 2004 por las tres formaciones mayoritarias en la circunscripción de León (5 escaños a repartir):

PSOE - 156.786 (3 escaños)

PP – 150.688 (2 escaños)

UPL – 13.406

León (2004)

1

2

3

4

5

PSOE

156.786

78.393

52.262

39.196,5

31.357,2

PP

150.688

75.344

50.229,33

37.672

30.137,6

UPL

13.406

6.703

4.469

3.352

2681,2

4 de enero de 2008

Velada literaria. "Los sonidos del silencio"

Hablar de árboles en tiempos sombríos

Valencia de Don Juan, 4 de enero de 2008

A/A de Pablo Neruda:

Amigo Neruda:

Perdóname por lo osado que fui aquella noche reviviéndote en Valencia de Don Juan. Era jueves 3 de enero de 2008. Tras una truculenta entrada de año llegó el tiempo de la palabra con aroma a café. De aunar la amistad, la ilusión, el talento y la fortuna. Pablo, la gente se preguntaba porqué tu poesía no hablaba de fortalezas, de chopos en la Vega del Esla, de bucólicos paisajes en los Oteros donde el cielo y las hendiduras de la tierra se fusionan en el infinito como tus pies tocaban los suyos y tu boca sus labios mientras tu brazo apenas alcanzaba a rodear la delgada línea de luna nueva que tenía su cintura y te inclinabas a su boca para besar la tierra.

Mi propósito aquella noche era contar que el mundo sigue ardiendo. Niños soldados en Sierra Leona, Bagdag en llamas, mujeres apresadas al velo o al escapulario, Guantánamo, niños sedientos que se mueren de hambre en Somalia... Y, sin embargo, vivo en paz, sigo comiendo y sigo bebiendo.

Pablo... anhelaste un mundo mejor que no acaba de llegar, caminaste por el mundo vencido junto a León Felipe, recordando que el salmo es del poeta mientras las Iglesias sigan cercenando la autonomía del hombre. Sabías qué era el materialismo dialéctico al igual que tu colega Bertolt Brecht.

De aquel día 3, y del resto de mi trayectoria vital, me quedo con mis satisfacciones: La primera mirada al despertarse, el viejo libro vuelvo a encontrar, rostros entusiasmados, el periódico, la dialéctica, música antigua, zapatos cómodos, comprender, música nueva, escribir, plantar, ser amable.

Pablo, dispensa mi premiosa dicción al declamar tus versos. "Y así esta carta se termina / sin ninguna tristeza: / están firmes mis pies sobre la tierra, / mi mano escribe esta carta en el camino, / y en medio de la vida estaré / siempre / junto al amigo, frene al enemigo, / con tu nombre en la boca / y un beso que jamás / se apartó de la tuya."

Siempre,

Jorge.
3 de enero de 2008. Café Diario. 22:30 horas

En puridad me llamo Neftalí Ricardo Reyes. Nací en Chile el año 1904. Todos me conocéis como Pablo Neruda. Quizá alguno haya leído mis Veinte poemas de amor y mi canción desesperada. Reconozco que pude escribir los versos más tristes aquella noche y no lo hice.

Querida Matilde Urrutia: de sobra remembras que este humilde capitán compuso Cien sonetos de amor, “les di el sonido de esta opaca y pura substancia y así debió llegar a tus oídos. Tú y yo caminando por bosques y arenales, por lagos perdidos, por cenicientas latitudes, recogimos fragmentos de palo puro, de maderos sometidos al vaivén del agua y la intemperie. Así establecidas mis razones de amor te entregué esta centuria: sonetos de madera que solo se levantaron porque tú les diste la vida.”

“Si hubiese escrito los versos más bellos aquella noche, tal vez no hubiera andado en el intento (sin lograrlo) por contar de forma compulsiva el interior de lo que era. Me costaba explicar lo que no comprendía. Tu adhesión a mi piel, a mi cabeza. Hacía ya tiempo que lo demás no importaba. Despertaba antes para poder revelarme un instante en tu mirada, en tu voz. Hacía ya tiempo que lo demás no importaba. Si tan solo supiera qué pensabas cuando repasabas de cabeza los nombres de la lluvia, cuando encerrabas la luz en tus pupilas, cuando callabas, sobre todo cuando callabas y estabas como ausente, tan inaccesible que lo demás ya no me importaba. Hacía ya algún tiempo que lo demás no importaba."

De mi Residencia en la Tierra quiero “explicaros algunas cosas”. Quiero evocar, para poder narraros, qué pasó con la Generación del 27, con esa generación que llevó su voz allá donde el hombre no tenía voz; que escudriñó las multiplicaciones hasta hallar una gota de sangre de pato; que en la bandera de la libertad bordó el amor más grande de su vida; que se embarcó en misiones pedagógicas diseminando, verso a verso, la luz hasta la aldea más recóndita de Castilla ilustrando al pueblo; que pretendió, amigos, en definitiva, transformar a España en un país moderno y a los españoles, en ciudadanos del mundo, libres, cultivados e iguales. Pero os…


Preguntaréis: Y dónde están las lilas?

Y la metafísica cubierta de amapolas?

Y la lluvia que a menudo golpeaba

sus palabras llenándolas

de agujeros y pájaros?


Os voy a contar todo lo que me pasa.


Yo vivía en un barrio

de Madrid, con campanas,

con relojes, con árboles.

Desde allí se veía

el rostro seco de Castilla

como un océano de cuero.

Mi casa era llamada

la casa de las flores, porque por todas partes

estallaban geranios: era

una bella casa

con perros y chiquillos.

Raúl, te acuerdas?

Te acuerdas, Rafael?

Federico, te acuerdas

debajo de la tierra,

te acuerdas de mi casa con balcones

en donde la luz de junio ahogaba flores en tu boca?

Hermano, hermano!


Todo

eran grandes voces, sal de mercaderías,

aglomeraciones de pan palpitante,

mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua

como un tintero pálido entre las merluzas:

el aceite llegaba a las cucharas,

un profundo latido

de pies y manos llenaba las calles,

metros, litros, esencia

aguda de la vida,

pescados hacinados,

contextura de techos con sol frío en el cual

la flecha se fatiga,

delirante marfil fino de las patatas,

tomates repetidos hasta el mar.


Y una mañana todo estaba ardiendo

y una mañana las hogueras

salían de la tierra

devorando seres,

y desde entonces fuego,

pólvora desde entonces,

y desde entonces sangre.


Bandidos con aviones y con moros,

bandidos con sortijas y duquesas,

bandidos con frailes negros bendiciendo

venían por el cielo a matar niños,

y por las calles la sangre de los niños

corría simplemente, como sangre de niños.


Chacales que el chacal rechazaría,

piedras que el cardo seco mordería escupiendo,

víboras que las víboras odiaran!


Frente a vosotros he visto la sangre

de España levantarse

para ahogaros en una sola ola

de orgullo y cuchillos!


Generales

traidores:

mirad mi casa muerta,

mirad España rota:

pero de cada casa muerta sale metal ardiendo

en vez de flores,

pero de cada hueco de España

sale España,

pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,

pero de cada crimen nacen balas

que os hallarán un día el sitio

del corazón.


Preguntaréis por qué su poesía

no nos habla del sueño, de las hojas,

de los grandes volcanes de su país natal?


Venid a ver la sangre por las calles,

venid a ver

la sangre por las calles,

venid a ver la sangre

por las calles!

Matilde…

Ay gran amor, pequeña amada!
No me detuve en la lucha.
No dejé de marchar hacia la vida,
hacia la paz, hacia el pan para todos,
pero te alcé en mis brazos
y te clavé a mis besos y te miré como jamás
volverán a mirarte ojos humanos.