28 de octubre de 2008

Promesas que no valen nadan

"Volveré a escribir en esta bitácora, con la intención de hacerlo diariamente, a mediados del mes que viene."  


Jorge Mateos Álvarez (18/8/2008)

Aquí os dejo una de las mejores canciones de uno de mis grupos favoritos de música, Los Piratas, la banda que lideró el gran Iván Ferreiro:
 
Los Piratas - Promesas que no valen nada
Prometo no mandar más cartas y no pasar por aquí
Prometo no llamarte más y ni inventar ni mentir
Prometo no seguir viviendo así, prometo no pensar en ti
Prometo dedicarme solamente a mí.

Prometo que a partir de ahora lucharé por cambiar
Prometo que no me verás, que no voy a molestar
Sabes que lo digo de verdad, que no voy a fallarte en nada
Que tengo mucha fuerza de voluntad, que no te fallaré en nada
Prometo no seguir así, prometo que no voy a pensar en ti
Prometo dedicarme solamente a mí.

Y el aire que me sobre alrededor
Y el tiempo que se quede en nada
Nunca más escucharé tu voz
Energía nunca liberada
Promesas que se perderán en estas cuatro paredes
Como lágrimas en la lluvia se irán.

Siento que no tengo sueño y no puedo descansar
Invento más de mil palabras y busco una verdad
Intento que suenen de forma genial
Intento que no digan nada
Nada siempre es toda la verdad
Nada significa nada
Prometo las promesas que me hice a mí
Prometo pensar en ti
Ahora prometo solo pensar en ti.

Y hago que suenen de forma genial
Prometo que no dicen nada
Nada siempre es toda la verdad
Nada significa nada
Palabras que no dicen nada en estas cuatro paredes
Promesas que no valen nada, nada, nada, nada.

Y el aire que me sobre alrededor
Y el tiempo que se quede en nada
Nunca más escucharé tu voz
Energía nunca liberada
Promesas que se perderán en estas cuatro paredes
Como lágrimas en la lluvía se irán

18 de agosto de 2008

En Coyanza... sol, sol, sol de verano...

Si tu l’as, tu l’as. Ella, elle l’a

Actualizo desde Valencia de Don Juan, después de amenecer un día más en esa mágica casa que es el Chuca.

Volveré a escribir en esta bitácora, con la intención de hacerlo diariamente, a mediados del mes que viene.

Hasta entonces, tendremos que apurar el verano entre risas, Bourbon, Malibú y Cutty Shark.

Vaya broma.

Sed buenos.

Siempre,

jmá

9 de junio de 2008

Pío moa, miríadas de hipocresía

"Rajoy, el pro etarra" (sic.)

Paradógicamente es el ex-terrorista Pío Moa, en su juventud activista del GRAPO, quien califica a Mariano Rajoy de "pro etarra" (sic.). El siniestro personaje realiza en su blog la siguiente e inconsistente deducción:

"Rajoy, el pro etarra.
Cada vez se descubre más el personaje: "Quiero un partido en el centro, un partido que dialogue con todos, sin excepción"

Como Zapo, ofrece el diálogo, el negocio político, en palabras más claras, a los asesinos, a la ETA. No directamente, no lo precisa, pero sí en la práctica. De hecho ya lo ofreció al entrar en la carrera de la revisión de los estatutos, la carrera por complacer a losbalcanizadores de España. Que era, justamente, la clave de la colaboración de Zapo con la ETA."

A creerle, los dos líderes de los partidos mayoritarios son proetarras. Sin saberlo, más de 20 millones de votantes nos decantamos por opciones batasunas creyendo respaldar a partidos de Estado.

Este señor ha cambiado de oficio. Antes era miembro de los GRAPO, organización que practicaba el terrorismo que truncaba vidas humanas y pretendía descarrilar el proceso de transición a la democracia, ahora se las da de historiador, aunque en realidad su única misión sea revisar la historia contemporánea española, esto es, dibujarnos a un untuoso Franco, que trajo la democracia a España tras derrocar al régimen soviético que se instauró el 14 de abril de 1931.

Pero lo mejor que podemos hacer respecto a este pseudohistoriador, además de ignorarle, es retratarle ante sus propias palabras. ¿Qué decía cuando legitimaba el terrorismo?
"El GRAPO, por ejemplo, entiende que un fascismo de nuevo cuño (un fascismo sutilmente disfrazado de ropajes democráticos, pero fascismo al fin y al cabo), tiene sometida a la clase trabajadora española. La organización se enfrenta a este fascismo y sus agentes (esto es, la policía) del mismo modo en que se planteó el combate contra el fascismo en los años treinta y cuarenta: mediante la lucha armada (Moa, 1984)" en Xavier Coller y Roberto Garvía, "Entorno: contingencias y dependencia de recursos" en Análisis de Organizaciones. Madrid: CIS,2004.
Al fin y al cabo, si algo queda claro después de todo es que este señor es incompatible con la democracia española.

1 de junio de 2008

Robert Kagan - El retorno de la historia y el fin de los sueños

Despertando del sueño, la historia continúa

Título: El retorno de la historia y el fin de los sueños
Autor: Robert Kagan
Editorial: Taurus
Lugar: Madrid
Año: 2008

Francis Fukuyama en su influyente y revulsivo libro El fin de la historia y el último hombre defendió la tesis siguiente: la combinación de la democracia como sistema político y el capitalismo como sistema económico había triunfado. La configuración de todos los Estados se asemejaría progresiva e ineluctablemente al modelo norteamericano, las poliarquías capitalistas florecerían por todo el mundo y la idea kantiana de la paz perpetua sería factible bajo el presupuesto de que las democracias nunca hacen la guerra entre ellas. La mayor parte del pensamiento político y académico de la década de los noventa acarició esta idea.

No conviene olvidar el contexto en el cual se alumbra la hipótesis del triunfo del modo de ver el mundo de la superpotencia norteamericana: el sistema soviético estaba hundido, Rusia era una potencia débil, China se encontraba aislada del concierto internacional tras los sucesos de Tiananmen, Japón sufría una fuerte crisis bursátil, India no había experimentado su revolución económica y la Unión Europea se encontraba puliendo su complejo engranaje institucional.

Rusia, de humillados a soberbios
El desmoronamiento de la URRS sumergió a la Federación Rusa en una crisis en todos los órdenes: político, social y económico. Contemplaron cómo todas las exrepúblicas soviéticas se autodeterminaban y, lejos de quedarse en su esfera de influencia, miraban a la Unión Europea como opción de futuro. Esta anhelaba una transición estable de su vecino del este e inyectó grandes sumas económicas para conseguirlo. La relación entre ambas potencias durante la década de los 90 era asimétrica, siendo la Unión la que tenía poder de decisión sobre los rusos. Para estos supuso una auténtica humillación.

Es ahora, después de un crecimiento económico espectacular y sostenido en el tiempo, cuando Rusia ha conseguido volver las tornas. Sus grandes reservas petrolíferas y gasísticas han posibilitado sanear su balanza comercial y permitido tratar de tú a tú a sus vecinos europeos, ávidos de combustibles fósiles. Esa inversión en las relaciones de poder ha permitido al autócrata Putin volver a una política exterior más agresiva, a intentar recuperar su zona de influencia o, al menos, intentar vetarla a la Unión Europea y a los Estados Unidos. Rusia se está convirtiendo en una despreciable plutocracia, donde unos pocos oligarcas detentan el poder político, social y económico, alejándose de una democracia liberal con una economía de libre mercado que vislumbraba Fukuyama.
China o "emerger abruptamente de forma ¿pacífica?"
Emerger abruptamente de forma pacífica es la máxima de la diplomacia china. Y así será siempre y cuando nadie se inmiscuya en su inconclusa empresa de consolidación interna, es decir, en su propósito de anexionarse Taiwan, territorio donde se refugiaron los miembros del Gobierno de la República de China una vez finalizada la guerra civil. Taiwán, en definitiva, es para los dirigentes de la República Popular China un casus belli.

Las elites autócratas chinas están, a la par que aniquilando cualquier tipo de oposición política al régimen, forjando un moderno y potente ejército, prestando, sobre todo, atención a la flota naval, dado que, a su entender, la soberanía china abarca tres millones de kilómetros cuadrados y de mares. Huelga decir, como se apuntaba, que la incipiente liberalización económica no se ve acompañada de derechos civiles y libertades públicas. En consecuencia, China no parece ser el actor que definitivamente sepulte a la historia facilitando a mil trescientos millones de seres humanos el acceso a los Derechos Humanos más elementales.
Japón se niega a que China sea la potencia regional
Japón es la segunda potencia económica del mundo y no se resigna a ser un convidado de piedra en el sureste asiático. No está dispuesta a que las relaciones con China vuelvan al curso normal de la historia, es decir, a la asimetría en la cual los nipones eran los débiles. El imperialismo japonés de finales del siglo XIX y primera mitad del XX fue foco de guerras permanentes y su potencial militar propinó dantescas "humillaciones" a la milenaria civilización China. El aprecio que tienen los chinos a los japones es recíproco al que les profesan los nipones. La cooperación en materia económica y cultural de ambos países no invierte el recelo mutuo de sus poblaciones, alimentada por las elites. Los chinos no olvidan las veleidades genocidas de los japoneses del mismo modo que los japoneses ven la amenaza que se cierne sobre Taiwán como una amenaza propia.
India: aliada nipona por colindar con China
La evolución económica de India, con un crecimiento espectacular en la década de los 90, ha posibilitado que alcance el estatus de gran potencia. Su relación con China, históricamente conflictiva, no es precisamente armónica. Las secuelas de la agresión china de 1962, algunos litigios fronterizos por resolver y el solapamiento en las esferas de influencia de estas dos potencias hacen que el equilibrio entre ellas sea delicado, y el caladero de aliados de cada una sean los países más enemistados con la otra (Japón y Pakistán).
Irán: la nostalgia persa y el asfixio teológico
Irán tiene nostalgia de lo que fue Persia. Su única manera de hacerse valer en la región y ser respetado militarmente por los Estados Unidos es adquiriendo capacidad nuclear. Es el único país de la región con mayoría chií, en un océano suní. Es, al igual que Rusia y China, una autocracia.
La tesis del autor
El autor, en definitiva, defiende la tesis de que el mundo actual se divide, grosso modo, entre democracias y autocracias. Cree que Europa y Estados Unidos se encuentran ante la siguiente disyuntiva: apoyar implícita o explícitamente a los regímenes autocráticos o presionarles para que muten en democracias que respeten los principios ecuménicos de la Ilustración. No hay término medio.

Cree, asimismo, que aunque el ideal liberal triunfara una vez finalizada la Guerra Fría, y aunque hoy por hoy las democracias abunden más que en cualquier otra época, que existe un auge de las potencias autocráticas, que tienden a cooperar entre sí -Rusia con Pakistán, Pakistán con China...).

En occidente asistimos, afortunadamente, al decline de las religiones, una de las grandes virtudes de la modernidad. En cambio, las fuerzas reaccionarias del islamismo, aunque minoritarias, son una fuente de inestabilidad internacional y de terror ilimitado.

Robert Kagan refuta la tesis de que la modernidad nos conduce inexorablemente a la paz perpetua. Como muestra, el siglo XX, el más destructivo de la vida humana.

Ni la historia finalizó en los años 90 de la pasada centuria ni las relaciones internacionales se mueven, a su juicio, en distintos parámetros a los tradicionales. Kagan, que se define como liberal y se proclama defensor de los principios ilustrados, cree que los Estados demócratas no pueden abjurar de su responsabilidad de combatir las autocracias e impedir que acumulen más poder. De ello depende su seguridad. Es su tesis, es la parte negativa del retrato del mundo. La visión positiva, Cosmocracia.

4 de mayo de 2008

Manuel Azaña: "La velada en Benicarló"

Desde el punto de vista humano, es un consuelo. Desde el punto de vista español, una esperanza

Título: La velada en Benicarló, en Volumen 6 de Obras completas (Edición de Santos Juliá), páginas 33 a 92
Autor: Manuel Azaña
Edición: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Mº de la Presidencia
Año: 2007
Lugar: Madrid

"No será un triunfo personal, porque cuando se tiene el dolor de español que yo tengo en el alma, no se triunfa personalmente contra compatriotas. Y cuando vuestro primer magistrado [la conciencia personal] erija el trofeo de la victoria, su corazón de español se romperá, y nunca se sabrá quién ha sufrido más por la libertad de España." De este modo culminaba ManuelAzaña uno de sus memorables discursos de guerra, en este caso el pronunciado el 21 de enero de 1937 en el Ayuntamiento de Valencia. Tres meses más tarde, en Barcelona, el Presidente de la República escribió un vibrante diálogo que protagonizan distintos personajes de la España republicana.

Los diálogos versan sobre los dramáticos hechos que acaecieron en nuestro país: los infundados pretextos que suscitaron la rebelión militar; la invasión, inducida por los facciosos, de alemanes, italianos y marroquíes; las represalias que en ambos bandos segaban la vida de miles decoterráneos ; la disyuntiva entre hacer la revolución o ganar la guerra; España como nación y la predilección de los pueblos por la exclusión y aniquilación del diferente.

El discurrir de la plática sirve de excusa a nuestro autor para plasmar las reflexiones suscitadas por la Guerra Civil española:

Atrocidades cometidas
"Con una diferencia importante. En esta zona, las atrocidades cometidas en represión de la sublevación, o aprovechándola para venganzas innobles, ocurrirán a pesar del Gobierno, inerme e impotente, como nadie ignora, a causa de la rebelión misma. En la España dominada por los rebeldes y los extranjeros, los crímenes, parte de un plan político de regeneración nacional, se cometían y se cometen con aprobación de las autoridades" Claudio Marón, abogado, burgués y de ideología liberal (pág. 42).
La participación extranjera en el conflicto
"El fanatismo político no me domina, como a otros. Quizá sean hoy la mayoría en los dos campos, por efecto de la guerra. Cuantos conservan un poco de buen juicio, estorban. Habrá quien no habiéndolo perdido, disimule por ahora que lo conserva. En el campo rebelde hay gente como yo. A veces pienso en ellos. ¿Qué dirían si la rebelión triunfase con sus medios actuales? Tienen ejércitos alemanes e italianos, sin contar los marroquíes. Cuando esta gente, supliendo la impotencia de la rebelión, se apodere del territorio español, los generales extranjeros se despedirán de los generales españoles: «Ahí hemos conquistado para vosotros la península.Tomadla. Ya podéis mandar y triunfar en ella. Buen provecho». Antes de que cobren la factura, alguno de mis antiguos compañeros irá a reunirse conmigo en el rincón donde entierren a los que se mueren de vergüenza." Blanchart, Comandante de infantería (pág. 45).
Libertad religiosa
"Añada usted, sobre todo en lo que concierne a las mujeres, el horror a las leyes laicas. Les habían hecho creer en el exterminio de la religión, en el reino del anticristo. Creencia compartida, autorizada, por algunos varones de talla, enfermos de ansiedad. Aunque los creyentes seguían oyendo misa, recibiendo los sacramentos y frecuentando los actos del culto; aunque el clero disfrutaba de libertad para atacar a los poderes públicos (la monarquía no se lo hubiera consentido), muchos, las mujeres especialmente, daban más crédito al hechizo de su fanatismo que a la experiencia personal de cada día." Garcés, ex ministro (pág. 50).
Enemigos de la república
"Enumerados por orden de su importancia, de mayor a menor, los enemigos de la República son: la política franco-inglesa; la intervención de la armada de Italia y Alemania; los desmanes, la indisciplina y los fines subalternos que han menoscabado la reputación de la República y la autoridad del Gobierno; por último, las fuerzas propias de los rebeldes. ¿Dónde estarían ahora los sublevados de julio, si las otras tres causas, singularmente la primera, no hubiesen obrado a su favor?" Garcés, ex ministro (pág. 51).
La legalidad frente a la negación de la ley
"Ellos son la negación de la ley, nosotros somos el Gobierno, la legitimidad, la República. Una conducta noble, sin otro rigor que el de la justicia, habría robustecido la autoridad de nuestra causa. Yo estaba en Madrid la terrible noche de agosto en que fue asaltada la cárcel y asesinadas por una turba furiosa algunas personas conocidas. Yo también hubiese querido morirme aquella noche, o que me mataran. La desesperación no me enloqueció... ¡Ingrata fortaleza! El Presidente del Consejo lloraba lágrimas de horror. Razón le sobraba." Garcés, ex ministro (pág. 68)
La Ilustración y el régimen
"El problema se reduce a un problema de libertad, de razón, de dignidad humana. A implantar un régimen tolerable, tolerante, manifiesto en un Estado más inteligente, más próximo a la moral social de nuestro tiempo, que aproveche mejor el valor de los hombres y respete la independencia del juicio. Es punto esencial. Confío en que acabada la trifulca reaparezca la libertad de opinión." Eliseo Morales, escritor (págs. 70-71).
La civilización frente a la barbarie española
"La crueldad, el orgullo, la cobardía, la ambición son prendas de la especie. La civilización, que no consiste en fabricar tractores sino en cultivar los sentimientos y domesticar los impulsos feroces, se esfuerza en apartarnos del impulso natural humano. Los grandes sistemas que se han disputado o se disputan la educación moral del mundo no han podido variar nuestra índole, pero autorizan su norma con el ejemplo de algunos testigos, y se propagan, se imponen, se mantienen por el prestigio, la coacción y el hábito. Un nuevo tema civilizador no brota de la espontaneidad turbulenta. Se condensa y declara en el ápice mental de algún sujeto insólito, de donde recae como la lluvia y la luz. Penetra hasta donde puede. El mar resplandece en la superficie y es oscuro, sordo, en el fondo." Garcés, ex ministro (pág. 74).
El interés nacional
"¿Se identifica la paz con el interés nacional y es posible en su nombre que un pueblo rehaga su cohesión y unifique su conducta? En términos generales, nadie le dirá a usted que la paz sea contraria al interés nacional. Pero no ha habido una sola guerra en que el agresor y el agredido hayan dejado de invocar el interés nacional para sostenerla, y una gran parte de la nación haya dejado de admitirlo, de creerlo. ¿La paz interior, la conservación del patrimonio material y espiritual? Parece aún más claro. Sin embargo, ahí tiene usted a la nacióndesgarrándose las entrañas y a los tres o cuatro Gobiernos que de hecho o de derecho existen en España invocando, con aplauso de sus secuaces, el interés nacional. Lo cual significa, y es lo importante para mi tesis, que ni siquiera el mantenimiento de la paz interior, postulado fulgurante, al parecer, del interés común, disciplina a la nación y la agrupa en torno de su objeto. ¿Cuál será entonces el dictado del interés nacional, bastante a obtener elasenso de todos? ¿La independencia? Si no lo es, no queda ninguno." Garcés, ex ministro (pág. 83).
El español intransigente
"Ustedes decían que el enemigo de un español es otro español. Cierto. ¿Por qué? Porque normalmente es de otro español de quien recibimos la insoportable pesadumbre de tolerarlo, de transigir, de respetar sus pensamientos. España, en general no se ocupa del extranjero. El español medio, y no digamos el que está por bajo, cree saber que hay pueblos risibles, pueblos temibles. Descansa en la seguridad de no alternar nunca con ellos. En el fondo se encoge de hombros. El blanco de su impaciencia, de su cólera y enemistad es otro español. Otro español quien le hace tascar el freno, contra quien busca el desquite. ¿El desquite de qué ofensa? La ofensa de pensar contrariamente. El español es extremoso en sus juicios. Está enseñado a discurrir partiendo de premisas inconciliables." Morales, escritor (págs. 84-85).
El socialismo y el patrimonio nacional
"Aquella expresión: «Lo que hay de España es de los españoles», no pasa de ser una hipótesis igualitaria desacreditada. Del patrimonio nacional productivo vivimos todos, mejor o peor. Patrimonio formado por la suma de innumerables patrimonios particulares,téngalo presente, y el del Estado. Discurre usted como si el patrimonio nacional se formase de riquezas acumuladas y de los medios de obtenerlas o crearlas, solamente. Parte considerable del patrimonio es el trabajo, como quiera que aparezca y se aplique. El patrimonio será muy nacional, pero no es común. Vea usted si la diferencia es grave. Y en cuanto a nacional, lo menos posible. Se llama así solamente porque unos cientos de miles de Juanes y Pedros , sus poseedores, son de nuestra nacionalidad y usan el interés nacional como escudo protector. De los frutos del patrimonio nacional vivimos, pero muchos apenas viven, omalamente." Pastrana, prohombre socialista (pág. 89).
Suya es la vida
"Garcés: Mire usted aquéllos, en la orilla. Tampoco quieren dormir. Por otros motivos.

Barcala: Laredo y la Vargas... se arrullan

Morales: Suya es la vida

Lluch: Son tan de la muerte como nosotros. Si escribe usted la crónica de esta velada, no la falsifique acabándola con un símbolo trivial." (pág. 91).

12 de febrero de 2008

Philip Pettit - Examen a Zapatero

"Zapatero ha convertido a España en un modelo internacional de cómo puede funcionar una democracia avanzada"

Autor: PETTIT, Philip
Título: Examen a Zapatero
Editorial: Temas de hoy
Lugar: Madrid
Año: 2008

El filósofo Philip Pettit, autor del influyente libro Republicanismo. Una teoría sobre la libertad y el gobierno, realiza, a instancia de José Luis Rodríguez Zapatero, una auditoría republicana de los tres primeros años del Gobierno socialista.

En la introducción del libro Pettit resume, grosso modo, la diferencia entre los conceptos de libertad positiva, concebida como no dominación, y el de libertad negativa, entendida como ausencia de interferencias, ideas que retoma en la última parte del libro.

A la hora de fiscalizar la acción política del Gobierno de Zapatero, el autor se centra, por una parte, en analizar las medidas políticas emprendidas para proteger a la ciudadanía de la dominación privada (que suele producirse por situaciones económicas desequilibradas, por contar con un sistema judicial atorado o con un sistema educativo aminorado o por ciertos problemas más específicos, como la vulnerabilidad de las personas, que puede ser provocada por desventajas físicas, económicas o culturales, por estar expuestos al crimen y al terrorismo o por el indebido poder de los grupos corporativos). Por otra, en aquellas que tienen como objetivo proteger a la ciudadanía de la dominación pública (evitar el secretismo a la hora de manejar la información, la hostilidad del Ejecutivo hacia el Parlamento o la tendencia gubernamental a concentrar más poder en sus manos).

Si atendemos a la protección frente a la dominación privada, Pettit señala que el Gobierno de Zapatero ha adoptado medidas políticas que pretenden atenuar la vulnerabilidad “de las mujeres, los homosexuales, los inmigrantes ilegales, los incapacitados y los trabajadores temporales. Ha afrontado la amenaza terrorista con honestidad […] Y, finalmente, ha rectificado, aunque no solventado, en buena medida la anomalía histórica de los continuos subsidios concedidos a la Iglesia católica.” A modo de ejemplos, el autor irlandés menciona leyes de gran recorrido e importancia como la Ley Orgánica de Protección integral contra la Violencia de Género, la modificación del Código Civil que posibilita los matrimonios entre personas del mismo sexo, la Ley Orgánica de Igualdad entre Hombres y Mujeres o la Ley de promoción de la autonomía personal y de atención a las personas en situación de dependencia, sin olvidarse de políticas públicas, como las adoptadas en materia de vivienda que pretenden facilitar el acceso de los ciudadanos a una morada.

Si reparamos en la protección frente a la dominación pública, el Gobierno de Zapatero es, a juicio de nuestro autor, un gobierno “menos secretista” (cita medidas como la Ley de Publicidad y Comunicación Institucional -que impide realizar al Gobierno campañas de propaganda-, evidencia la mayor transparencia que existe hoy si hablamos de estadísticas públicas -cómo se elaboran y facilidad de acceso a su consulta- o la mejor predisposición que su antecesor, José María Aznar, de someterse al control de las Cortes Generales –los diputados del PSOE rehúsan hacerle preguntas en beneficio de los partidos que no están en el Gobierno o, por vez primera en la democracia, el Presidente del Gobierno de España acude una vez al mes a una sesión de control al Senado sin límite de tiempo en el debate-), “menos intolerante con los medios de comunicación y menos ansioso por retener el poder en sus manos” (la reforma de RTVE como paradigma –el Director General elegido por el Consejo de dicho ente público, que es elegido a su vez, al menos, por dos terceras partes del Congreso). Pettit, en síntesis, cree que “Zapatero ha mantenido la fe en el modelo republicano o civicista de gobierno […] y ha convertido a España en un modelo internacional de cómo puede funcionar una democracia avanzada.”

El libro también nos depara una entrevista del autor al Presidente del Gobierno de España. En esta podemos encontrarnos con las raíces académicas de Zapatero –recordemos que impartió clases de Derecho Político en la Universidad de León-. Con respuestas didácticas, solventes e instructivas, más propias del lenguaje de la filosofía política, Zapatero se reafirma en su proyecto del socialismo de los ciudadanos, cuya raigambre normativa la encontramos en la idea de libertad entendida como no dominación, que los ciudadanos han de revalidar el próximo 9 de marzo en las urnas y que Pettit explica en la última parte del libro que hoy reseñamos y recomendamos.

Jorge Mateos Álvarez

1 de febrero de 2008

Clases de Filosofía Política y de Ciencia Política en el I.E.S. Padre Isla (León). Filosofía de 1º de Bachillerato.

Debate Ilustración-Romanticismo. La modernidad: idea de progreso. El socialismo utópico. El anarquismo. El socialismo científico. Nozick y la utopía libertaria. La teoría política verde.

Desde 1790 hasta 1880, se produce en la filosofía política un debate intenso entre la Ilustración y el Romanticismo. Es importante conocer unos conceptos básicos que caracterizan a ambos movimientos, ya que ambos son padres de las distintas teorías políticas contemporáneas, algunas de ellas, como veremos, con un fuerte componente utópico.

Contraposición de ideas del debate Ilustración - Romanticismo

Ilustración

Romanticismo

Razón, luces, iluminación por medio del conocimiento, que es acumulativo y nos lleva a la universalidad por medio del lenguaje científico.

Sin prescindir de la razón, nos habla de los sentimientos, de los afectos.

Hay que secularizar la sociedad “abandonar la autominoría de edad culpable”, como resume Kant, evitando interpretar con valores religiosos.

La religión romántica no consiste en volver al catolicismo o al protestantismo, sino al misticismo. La noche frente al sol, frente a la metáfora de la luz

Filosofía materialista. Los seres humanos se mueven por intereses agregables. Podemos crear mayorías y minorías.

La política conlleva también pasiones innegociables e imposibles de agregar.

Solo estamos obligados a lo que nos dicta la razón. Podemos crear y desmontar sistemas políticos (ni teología, ni historia del país).

Existe una dependencia del ser humano respecto al medio ambiente y respecto a la comunidad. Los valores no están ahí, se crean, se crean identidades y preferencias.

Introducir la razón en la política mediante la creación de diseños institucionales con controles y contrapesos. Nada es natural en política.

Diseñando constituciones se crea un mundo de engranajes, frío, porque se está prescindiendo de la razón.

Tanto el marxismo como el liberalismo comparten la tesis de recursos productivos ilimitados.

Los recursos son limitados, no se puede perturbar el ecosistema.

Alcanzar la autonomía personal es un logro. “Que nadie nos imponga nada” como conquista.

Los valores son compartidos por los demás. ¿O es que acaso la lengua o la historia común no se la debemos a la comunidad?

La ciencia nos lleva al progreso. Progresistas frente a reaccionarios. Con la ciencia sabemos adónde vamos (los ilustrados a superar el absolutismo, Lenin a la revolución)

Los descubrimientos nos llevan a conocer el pluralismo y no cara a la civilización única.

Los derechos individuales y políticos dan lugar a los ciudadanos.

¿Si los Estados no coinciden con las naciones? Puede haber más culturas dentro de un Estado.

El derecho positivo es algo artificial. Caminamos cara a la universalización de la ley.

El derecho también puede ser fruto de la costumbre.

La libertad es irrenunciable. Autonomía, autodeterminación son dos conceptos que usa Kant.

Frente a la autonomía ilustrada, autenticidad. Fidelidad a la comunidad.

En la medida que nos respetemos a nosotros mismos, seremos libres.

La libertad de cada uno viene dada en relación a un contexto.


En la filosofía política contemporánea existen distintas teorías cuyas raíces las encontramos en el debate que anteriormente hemos sintetizado:

Teorías políticas contemporáneas

Raíces ilustradas

Raíces románticas

Liberalismo

Comunitarismo

Igualitarismo

Multiculturalismo

Republicanismo

Teoría política verde


Feminismo


Posmodernismo


La Modernidad es el período desde el siglo XVIII hasta nuestros días. La utopía social no se pensará ya como un experimento mental ajeno al acontecer histórico, sino que representará un futuro ideal hacia cuya realización camina la historia. El ideal, es, pues realizable. La idea fuerza es la de progreso, pero se consolida la idea de que también existe en las relaciones sociales un progreso hacia un mundo mejor. Son precisamente los ideales ilustrados que hemos visto anteriormente los que permiten al ser humano sentirse dueño y señor de su propio destino. La modernidad señala el proceso histórico como el camino a través del cual la sociedad puede superar sus injusticias. La modernidad conlleva una visión optimista, una confianza y seguridad en que la razón, la ciencia y la técnica permitirán solucionar los problemas. La historia se entiende como un progreso indefinido y continuo: todo presente es mejor que el pasado. La utopía deja de preocuparse por imaginar el punto final y pasa a ocuparse de los medios y del camino para llegar a ello. Ya no es tan relevante la ficción literaria como la descripción de los cambios sociales necesarios para llevar a la práctica los ideales utópicos.

La utopía socialista que surge de la modernidad, de los valores de la Ilustración, es la que conocemos como socialismo científico o comunista, que no debemos confundir con el socialismo utópico o el anarquismo.

El socialismo utópico: fue calificado así por Marx y Engels. Consideraban que la mejor manera de eliminar la explotación es crear ya comunidades que vivan de forma tal que unos seres humanos no dominen a otros. Los autores más relevantes en este socialismo son Charles Fourier y Robert Owen. Fourier diseña los falansterios, que son comunidades rurales autosuficientes donde cada individuo trabajaría de acuerdo con sus pasiones y, en ningún caso, albergarían a más de 1.600 personas. Robert Owen aboga por un sistema cooperativista de producción y distribución que sustituiría a la sociedad capitalista. En 1832 existían unas 500 cooperativas con unos 20.000 trabajadores.

El anarquismo pretende suprimir toda forma de autoridad, porque entiende que todos los seres humanos son igualmente libres. La sociedad anarquista se basa en la abolición del poder, la educación y el apoyo mutuo, porque a juicio de los autores más representativos Proudhon, Bakunin y Kropotkin, las especies que sobreviven no son las más egoístas e insolidarias, sino aquellas cuyos individuos más se ayudan entre sí.

El Socialismo científico o marxismo

Karl Marx

Revolución social

Feudalismo

Capitalismo

Socialismo

Revolución política

Monarquía absoluta

Estado burgués

Dictadura del proletariado

Sociedad sin clases

Marx y Engels hablaron de materialismo histórico. Para Marx el materialismo consiste en concebir al hombre como una parte de la naturaleza. Una parte activa, como ser fundamentalmente creador e inventor. Con esta expresión, hacemos referencia a los procesos que se desencadenaban a lo largo de la historia: se produce en un momento determinado un incremento de las fuerzas productivas, que puede verse favorecido o perjudicado por los modos de producción. Este crecimiento está relacionado con la estructura política. Con esta ley que enuncia prevé la transformación de la sociedad burguesa con su Estado burgués en la sociedad socialista, del mismo modo que pasó con la sociedad feudal y la monarquía absoluta.

Para alcanzar la sociedad comunista, que surgiría de las entrañas de la propia sociedad burguesa, tras una revolución obrera, sería necesario de la instauración de la dictadura del proletariado. En esa fase de transición de una sociedad a otra el Estado es imprescindible y eso es lo que diferencia básicamente al anarquismo del comunismo, en cómo llegar a la sociedad sin Estado. Ahí nos encontraríamos en la primera fase o fase inferior de la nueva sociedad: el socialismo. En esta los medios de producción se encontrarían colectivizados y se erradicaría la explotación del hombre por el hombre, ya que la propiedad privada habría dejado de existir. Pero es ya en la segunda fase, también denominada fase superior de la sociedad comunista, el momento en el que los vestigios de la sociedad capitalista desaparecen y la máxima “de cada cual según sus capacidades y a cada cual según sus necesidades” empieza a regir las conductas de los individuos. En esa fase, el Estado ya no será necesario y dejará de ser un instrumento represor de la minoría sobre la mayoría.

Marx, como sentenció en su Manifiesto Comunista, aspiraba a una sociedad en la cual “el libre desenvolvimiento de cada uno sea la condición del libre desenvolvimiento de todos”.

El autor Félix Ovejero, en Proceso abierto. El socialismo después del socialismo analiza la historia del socialismo contemplando sus éxitos (como puede ser la conquista del sufragio universal, el establecimiento de mallas sociales que garanticen el sustento a los desempleados o la universalización de la sanidad o la educación, en definitiva, el Estado de bienestar tal y como lo conocemos. Pero también analiza los grandes fracasos del socialismo como doctrina: el fracaso de la disposición cívica en los actuales Estados de bienestar, el fracaso del socialismo real (véase la URSS como paradigma, donde Lenin se empeñó en realizar una revolución proletaria en una sociedad similar a la feudal) y, por último, el fracaso de la hipótesis de la abundancia de recursos (Lenin, por seguir con el caso soviético, habló del comunismo como “todo el poder para los soviets más la electrificación del país”).

Este ha sido la gran tacha de los planteamientos de la Ilustración y, por consiguiente, de la modernidad. La Ilustración contemplaba una relación etnocéntrica del ser humano respecto a la naturaleza. Preveía una relación instrumental entre el Sujeto (ser humano) y el objeto (la naturaleza, que estaría al servicio del ser humano). Y tanto Marx como Adam Smith (economista clásico, considerado el padre del liberalismo económico), planteando dos sociedades radicalmente distintas en cuanto a su organización socioeconómica, comparten la idea de la abundancia de recursos naturales. Este mismo problema se planteará en las utopías libertarias.

Utopías libertarias. El liberalismo contemporáneo: Nozick es, actualmente, uno de los más influyentes teóricos del liberalismo. En su libro Anarquía, Estado y Utopía, nos explica cómo se fundamentan las instituciones partiendo del estado de naturaleza. En éste, el concepto de persona implica que todos tenemos valores y escalas de preferencias que guíen nuestras vidas. Todos somos diferentes, sentencia Nozick, y cualquier intromisión en ese ámbito daría lugar al conflicto.

Nozick rechaza la existencia de la autonomía política, porque rechaza la razonabilidad para llegar a acuerdos. Si existe, en cambio, la autonomía moral, por lo que las instituciones deben respetar la diversidad.

Los derechos del estado de naturaleza son: la autopropiedad es un derecho original y fundamental. El segundo derecho es la apropiación originaria (podemos apropiarnos de las cosas que conforman el mundo externo y podemos intercambiarlos).

Para Nozick nuestras relaciones se basan en el desacuerdo. Cualquier intento de crear un Estado supone vulnerar alguno de los tres derechos básicos anteriormente expuestos (autopropiedad, apropiación originaria y libre intercambio). Por lo tanto el Estado ha de ser mínimo que no nace a partir de ningún contrato social, sino a partir de los derechos originarios de la persona. Solo debe preocuparse de garantizar la libertad. Cualquier otra intervención vulnera derechos individuales. En Nozick predomina la privacidad, no ha lugar a la razón pública.

La teoría política verde surge para reclamar un cambio en la relación del hombre con la naturaleza. La crisis ecológica ha sido asumida ya por casi todas las instituciones, incluida la administración neocon norteamericana, dirigida por George Bush, que recientemente ha contemplado el cambio climático como un serio problema. Para estos teóricos la historia es una constante de la destrucción de la naturaleza, y tras la visión de la historia, están presentes las generaciones futuras y su derecho a disfrutar del medio ambiente. Propugnan un cambio en la concepción de la naturaleza, abandonando la idea de un objeto pasivo que únicamente está para ser expoliada por el hombre y asumiendo que la naturaleza está viva, actúa y cambia con nosotros.

El concepto que más ha calado entre las elites políticas del mundo es el de sostenibilidad. Se habla constantemente de desarrollo sostenible. Esta idea realiza el siguiente diagnóstico: existen límites al crecimiento, pero estamos a tiempo de parar la catástrofe. Se habla de protección medioambiental a la hora de articular el crecimiento económico.

29 de enero de 2008

Clases de Filosofía Política y de Ciencia Política en el I.E.S. Padre Isla (León). Filosofía de 1º de Bachillerato.

Qué es la utopía. Rasgos básicos de la utopía. El Quijote como utopía popular (lectura de la obra de Cervantes que hace León Felipe). Utopías clásicas, La república de Platón. Utopías medievales, el ideal del imperio cristiano. Las utopías renacentistas, Tomás Moro y su isla Utopía.

El tema de las “Utopías sociales”, capítulo 18 del manual de primero de bachillerato de Adela Cortina, lo vamos a dividir en dos grandes bloques utopías (premodernas y modernas –debate entre Ilustración y Romanticismo y filosofías políticas contemporáneas-) y antiutopías.

Introducción:

La idea de que la sociedad en la que vivimos puede ser mejor forma parte de nuestra percepción del mundo social. Las utopías sociales describen situaciones u órdenes de una sociedad donde todos, si pudiéramos, "queríamos vivir".

Concepto de utopía:

La Real Academia Española de la Lengua define utopía como "plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación". Tomás Moro fue el primero en utilizar este vocablo en el siglo XVI y significa literalmente "lugar irreal, no existente". La palabra está compuesta por dos neologismos (vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua): outopía (ningún lugar) y eutopía (buen lugar).

Rasgos básicos de la utopía:

- Origen: aparecen en momentos de crisis de las tradiciones, de las ideologías y del orden social existente.

- Fundamentación: se apoyan en determinadas concepciones de la naturaleza humana y del bien común, y parten de unos valores éticos y políticos desde los que se elabora una idea de nuevo orden social.

- Función: suele ser crítica, porque denuncia injusticias del orden social vigente y una función constructiva, pues ofrecen alternativas e ilustran sobre el modo de llevarlas a cabo.

- Objetivo: idear instituciones que conduzcan a una sociedad perfecta.

- Metodología: experimentación mental de posibilidades. Se trata de descubrir nuevas posibilidades en la realidad.

- Carácter global: presentan propuestas claras de planificación social, propuestas, las reglas de convivencia, las instituciones, etc.

La utopía social es un modelo ideal de sociedad alternativo al existente, que presenta los valores e instituciones necesarios para llevar a la práctica una concepción de personas y una idea de la vida buena y feliz. Pretende lograr así una orientación para el cambio social y la transformación de la realidad.

El Quijote ha tenido muchas y diversas interpretaciones más allá de la que hizo su autor, Miguel de Cervantes, que presentó su obra como un libro que pretendió matar a las novelas de caballerías a comienzos del siglo XVII. León Felipe, poeta zamorano, de la estepa castellana como solía decir en sus versos, poeta materialista histórico como Neruda o Bertolt Brecht, relee la obra de Cervantes en clave utópica ya que el ingenioso hidalgo nos muestra a través de su supuesta locura, con la justicia por bandera, un mundo aciago, plagado de injusticias, pero, al mismo tiempo, nos visiona cuál es para él el mundo idílico, en el que le gustaría vivir. León Felipe se vale de esa metáfora para apelar a una nueva sociedad: la socialista, donde no habrá ya injusticias, donde se mate al rico y al pobre para que nazca el hombre, el hombre heroico.

En “El poeta prometeico”, que encontramos en su obra El payaso de las bofetadas y el pescador de caña [1938] (en Poesías completas en Colección Visor de Poesía, Madrid 2004, pág. 218 y 219), leemos:

“(…) La primera aventura de Don Quijote no es ni la de Puerto Lápice ni la de los molinos, como quieren algunos. La primera aventura surge cuando el poeta se encuentra con la realidad sórdida de España, después de salir de su casa, llevando en la mano la justicia. Cuando llega a la venta. No es verdad que nada épico sucediese allí. Allí comienza la hazaña primera y única que se ha de repetir a través de todo el peregrinaje del poeta. Porque no hay más que una hazaña en toda la crónica: el trastrueque, el trasbordo de un mundo a otro mundo; de un mundo a otro, de un mundo ruin a un mundo noble. Aparentemente no es más que una hazaña poética, una metáfora. Pero es una hazaña revolucionaria también, porque ¿qué es una revolución más que una metáfora social?

Don Quijote se encuentra en la venta con un albergue sucio e incómodo, con un hombre grosero y ladrón, con unas prostitutas descaradas, con una comida escasa y rancia, y con el pito estridente de un castrador de puercos. Y dice en seguida: Pero esto no puede ser el mundo; esto no es la realidad, esto es un sueño malo, una pesadilla terrible…, esto es un encantamiento. Mis enemigos, los malos encantadores que me persiguen, me lo han cambiado todo. Entonces su genio poético despierta, la realidad de su imaginación tiene más fuerza y puede más que la realidad transitoria de los malos encantadores, y sus ojos y su conciencia ven y organizan el mundo, no como es, sino como debe ser. Se produce la gran metáfora poética que anuncia la gran metáfora social. Porque cuando Don Quijote toma al ventero ladrón por un caballero cortés y hospitalario, a las prostitutas descaradas por doncellas hermosísimas, la venta por un albergue decoroso, el pan negro por pan candeal, y el silbo del capador por una música acogedora, dice que en el mundo no debe haber ni hombres ladrones, ni amor mercenario, ni comida escasa, ni albergue oscuro, ni música horrible, y que nada de esto habría si no fuera por los malos encantadores. Estos encantadores se llaman de otra manera. Don Quijote sabe muy bien cuál es su nombre exacto, pero para denunciarlos se vale también de una metáfora.

¿Queréis que el poeta hable más alto y más claro? ¿Que se exprese de una manera dialéctica? Pero el poeta no es un orador de mitin. Y no es urgente, no es necesario todavía, extenderle un carné. Nadie debe decir: ese poeta es marxista, porque entonces su voz perdería elevación. Está con vosotros, ¿qué más queréis? Vuestra pequeña revolución económica y social de hoy cae, se defiende y se prolonga bajo la curva infinita de su vuelo. (…)”

Examinado un ejemplo de utopía popular, nos dedicaremos a analizar tres tipos de utopías premodernas.

La primera que vamos a analizar someramente, que pertenece a las utopías clásicas, es la que Platón (428-347 a.C.) esboza en La República. Nuestro autor utiliza el método socrático, que es un método dialéctico de demostración lógica para la indagación de nuevas ideas o conceptos en el que participan dos interlocutores, siendo uno de ellos quien expone sus tesis liderando la conversación, en espera que la otra persona apruebe, como hace con desdoro, esto es, servilmente, o refute sus afirmaciones.

Platón afirma en su obra que la injusticia provoca sediciones y odios, además de luchas de unos contra otros, mientras que la justicia trae concordia y amistad. La ciudad, cimentada en cuatro virtudes –prudencia, valerosa, moderada y justa- surge porque ninguno de nosotros nos bastamos por nosotros mismos. La ciudad la construyen nuestras necesidades como son: i) provisión de alimentos, ii) habitación y iii) vestido y cosas similares. En la ciudad nadie quiere gobernar porque no ordena lo mejor para sí mismo, sino para el gobernado, de ahí que sea justo establecer una recompensa a los que se disponen a gobernar –Platón ya presupone en su ciudad que los gobernantes serán honestos y buenos gestores-. La ciudad precisará de guardianes ya que cuando crezca en habitantes tiene que aumentar su territorio, recortando el del vecino, y viceversa, el vecino el nuestro. Así nacen las guerras. El guardián ha de ser filósofo, es decir, ávido por conocer, fogoso, veloz y fuerte por naturaleza. Los médicos serán los más hábiles que tengan aprendida su profesión, que hayan estado en contacto con la mayor cantidad de cuerpos mal dotados físicamente, y, sin ser de constitución robusta, hayan sufrido toda clase de enfermedades. El juez ha de ser anciano, ya que así habrá aprendido qué es la justicia y la injusticia, además de estudiarla.

Lo más controvertido de la ciudad consiste en la fábula basada en un caso fenicio, que podemos encontrar en el “Libro IV”. El mito dice que hermanos son todos los que habitan en la ciudad, pero, al formarles los dioses, hicieron entrar en ellos: a) oro en los que están capacitados para gobernar; b) plata en los auxiliares y c) bronce y hierro en la de los labradores y los demás artesanos. Los metales están relacionados con las especies de alma (racional, concupiscible –tendencia al bien sensible- e irascible). Existe la movilidad social un hijo de oro nace de bronce o de hierro debe ser relegado, o en el caso contrario, alzado. Esta idea nítidamente discriminatoria choca con la defensa que Platón hace de la igualdad de trato para las mujeres que para los hombres. Defiende que no hay ninguna ocupación por sí misma del varón ni de la mujer. Las mujeres guardianas, que también las hay, son comunes para todos los hombres, ya que ninguna cohabitará privadamente con ninguno de ellos y los hijos serán comunes. Los gobernantes diseñarán el número de matrimonios a través de un sorteo amañado que determinará emparejamientos de padres que estén en la flor de la edad (20 años en la mujer, 30 en el hombre). En el libro VII Platón expone su tesis, a través del Mito de la caverna, sobre la existencia del mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo de las ideas (solo alcanzable por la razón).

Las utopías medievales, como La ciudad de Dios, de San Agustín, apuestan por un ideal de imperio cristiano, donde la sociedad se basa en los principios del amor a Dios, de la que debe tomar ejemplo la ciudad de los hombres. Es un ideal, aunque divino, para la ciudad terrenal.

Las utopías renacentistas piensan en una sociedad basada en el saber y en los adelantos técnicos y científicos. Existe una comunidad de bienes en dichas sociedades y la estructura social es jerárquica y planificada. Tomás Moro (1478-1535) nos propone en su imaginaria isla, Utopía, la siguiente sociedad:

- Igualdad económica, eliminación de la propiedad privada.

- Inexistencia de dinero

- Estructura política democrática

- La institución básica es la familia

- La sociedad está planificada

- La educación se centra en la formación profesional y en la estima a la vida social

- La tolerancia es el principio básico de la convivencia, tanto en los aspectos religiosos como en los políticos y sociales

28 de enero de 2008

Clases de Filosofía Política y de Ciencia Política en el I.E.S. Padre Isla (León). Filosofía de 1º de Bachillerato.

Regímenes políticos, características de la democracia, diferencia entre parlamentarismo y presidencialismo, leyes electorales mayoritarias y proporcionales y la ley D´hont.

Contenido:

  • 1. Tipología de los regímenes políticos
  • a) Regímenes democráticos
  • b), c), d), e) Regímenes no democráticos (autoritarios, totalitarios, postotalitarios y sultanistas)
  • 2. Concepto y características de la democracia
  • 3. Diferencias entre regímenes presidencialistas y regímenes parlamentarios
  • 4. Leyes electorales mayoritarias y proporcionales. Ley D´hont: cómo se distribuyen los escaños en España
  1. Tipología de los regímenes políticos:

Ya Aristóteles construyó la primera tipología de las formas de gobierno en virtud de cuántos gobiernan (uno, pocos o muchos) y cómo gobiernan (bien o mal):

Cuántos / cómo gobiernan

Uno

Pocos

Muchos

Buen gobierno

Monarquía

Aristocracia

República

Mal gobierno

Tiranía

Oligarquía

Democracia

En las tipologías, los tipos han de ser mutuamente excluyentes, ya que no puede haber un mismo tipo incardinado en variables distintas (democracia –muchos gobiernan y mal; muchos gobiernan y bien).

Linz y Stepan nos sugieren la siguiente tipología de regímenes políticos modernos:

a) Democracia: existe pluralismo político, tutelado legalmente, que es responsable de sus decisiones ante los ciudadanos o sus representantes. Hay autonomía en la economía, en la sociedad y en las organizaciones. En cuanto a la ideología existen reglas para garantizar el ejercicio de la oposición. Se respetan a las minorías. En consecuencia, existe un alto grado de participación ciudadana. El liderazgo es vertical, esto es, seleccionando a las elites políticas en elecciones libres y se encuentra limitado en la toma de decisiones por la Constitución y las leyes. (Analícese cualquier país de la Unión Europea.

b) Autoritarismo: el pluralismo es limitado y no responsable de sus decisiones políticas. No existe una ideología-guía articulada. Apenas existe movilización en el sistema político salvo en supuestos excepcionales. El líder o pequeño grupo ejercita el poder dentro de unos límites indefinidos pero previsibles. Las elites políticas se eligen por cooptación y los funcionarios, sean civiles o militares, gozan de cierta autonomía. (El régimen del general Franco es un ejemplo de este tipo de régimen).

c) Totalitarismo: en este tipo nos encontramos ante una ausencia de pluralismo, tanto social, como económico y político. Existe una ideología-guía compleja, es una suerte de utopía alcanzable. Hay una movilización amplia en muchas organizaciones obligatorias creadas por el régimen que solo es posible mediante el activismo de cuadros y militantes. El poder que ejerce el líder no tiene límites definidos y es imprevisible. El líder a menudo suele ser carismático y el reclutamiento de elites políticas suele basarse en el éxito y en la dedicación a la organización del partido de las mismas. (La extinta URSS o la Alemania nazi como paradigmas).

d) Post-totalitarismo: el pluralismo social, económico e institucional es limitado, no responsable y el partido detenta formalmente el monopolio del poder. La ideología-guía oficial existe aún pero el compromiso con respecto a la utopía es más débil, limitándose a un consenso programático. La movilización también amaina y el líder se conforma con conseguir un mínimo grado de lealtad y obediencia. Los líderes esporádicamente son carismáticos y los más importantes provienen de la tecnocracia interna del partido. (Estamos hablando de países que conformaban la antigua URSS y que aún no han realizado la transición hacia la democracia).

e) Sultanismo: existe un pluralismo económico y social sujeto a intervenciones arbitrarias y despóticas. Hay una fusión entre lo público y lo privado. En cuanto a la ideología, sobre todo se produce una manipulación arbitraria de símbolos y una glorificación eterna del gobernante. No existe, pues, una ideología ni mentalidad característica a parte del personalismo despótico. La movilización es limitada y ocasional. La coerción y los métodos clientelares en la relación de los ciudadanos con el poder es un rasgo básico de estos regímenes. El sultán (que podemos denominarlo también sátrapa o tirano), moviliza a grupos paraestatales que ejercen la violencia. El liderazgo es inequívocamente personalista y arbitrario, con tendencia dinástica y el líder se encuentra desvinculado de cualquier ideología. El equipo del déspota está conformado por miembros de su familia, amigos y socios. Los ciudadanos están sumidos personal y exclusivamente al gobernante. (El régimen de los Somoza en Nicaragua fue un claro ejemplo de sultanismo). Evoco aquí un pasaje del libro Tirano Banderas del escritor Valle-Inclán que define muy bien cómo actúa un líder de un régimen sultanista –aunque también podría valernos para visualizar cómo actúa cualquier dictador de un régimen no democrático: “El gobernante, muchas veces precisa ahogar los sentimientos de su corazón, porque el cumplimiento de la ley es la garantía de los ciudadanos trabajadores y honrados: el gobernante, llegado el trance de firmar una sentencia de pena capital, puede tener lágrimas en los ojos, pero a su mano no le está permitido temblar.”

2) Concepto y características de la democracia

Por democracia solemos entender “gobierno del y para el pueblo”. El pueblo como único sujeto que ejerce su voluntad. Pero en la sociedad hay conflicto (de ideas, de intereses, de concepciones de vida buena…) -para regularlo tenemos la política- si hay dos actores, por lo que descartamos esta definición por el simple hecho de que solo hay un actor: el pueblo.

En la teoría empírica de la democracia, se habla de poliarquía (gobierno de muchos) para referirse a la democracia, dejando el término democracia como un régimen político ideal que dista de nuestras “poliarquías” actuales. Las garantías de la democracia para Robert Dahl son:

- Libertad para organizarse

- Libertad de expresión

- Derecho de voto

- Fuentes de información de alternativas a las del Gobierno o del resto de poderes del Estado

- Elegibilidad para cargo público (salvo en supuesto de transgresión del código penal)

- Elecciones libres, justas y limpias

- Derecho a competir por los votos

- Instituciones o reglas que garantizan que las acciones del gobierno dependan de los votos de los ciudadanos.

El politólogo Giovanni Sartori nos proporciona la definición mínima de la democracia:

. Sufragio universal (masculino y femenino)

. Elecciones libres, competitivas, recurrentes (periódicas) y limpias

. Existencia de más de un partido en el sistema de partidos

. Fuentes de información política diferentes y alternativas

Schumpeter define a la democracia como un método. “El método democrático es el instrumento institucional para tomar decisiones políticas. De acuerdo con el cual algunos individuos obtienen el poder de decidir mediante una lucha competitiva por el voto popular.”

Lo que hay que tener presente, en definitiva, es que en una democracia hay principios que no se pueden vulnerar:

  • - Acuerdo sobre reglas / disenso o conflicto sobre contenidos (Constitución española / políticas públicas)
  • - Regla de la mayoría / protección de las minorías (uno o varios partidos pactan un programa de gobierno y lo ejecutan / los partidos de la oposición gozan de capacidad para ejercer la crítica y representar a los ciudadanos que han confiado con sus votos en ellos)
  • - Amplia representación de intereses e identidades / eficacia decisional (la democracia ha de incluir en sus instituciones la mayoría de los intereses y de las identidades que existen en la sociedad / ello no es óbice para que la toma de decisiones, de conformidad con la legalidad vigente, en las instituciones sea ágil y ninguna minoría pueda obstaculizarla)

3. Diferencias entre regímenes parlamentarios y regímenes presidencialistas

La principal diferencia radica en la legitimidad democrática. La única institución en el parlamentarismo con legitimidad democrática es el parlamento. La legitimidad del Presidente y su Gobierno es indirecta. El parlamento inviste al Presidente del Gobierno, pero, del mismo modo, sin convocarse nuevas elecciones, puede destituirlo mediante el mecanismo de la moción de censura. (Véase España)

Por el contario, en el presidencialismo existe la legitimidad dual. Los ciudadanos eligen por un lado al presidente y, por otro, a sus representantes en las cámaras. El Presidente no puede ser destituido por las cámaras, solo por algún procedimiento especial, como en EEUU el famoso “impeachment” (su traducción literal es bochorno). Y los mandatos, salvo situaciones límite o extraordinarias, son fijos.

Autores como Linz y Stepan apuestan por el parlamentarismo ya que es, a su juicio, más estable que el presidencialismo que es un juego suma cero, en el que uno lo gana todo al mismo tiempo que otro lo pierde. Como evidencia comparan América Latina (toda ella llena de regímenes presidencialistas) con Europa, donde abundan los regímenes parlamentarios (España, Alemania, Italia y Reino Unido).

Mainwaring y Shugart discuten esa idea arguyendo que para entender la inestabilidad política en América Latina hay que atender, además de la situación socioeconómica de los países y la ausencia de una mesocracia (mayoría de clases medias), a las siguientes cuestiones:

i) Si existe o no gobierno unificado. Se dice que hay un gobierno unificado (El Presidente y la mayoría de las asambleas son de un mismo partido). En caso de que no lo sean decimos que hay un gobierno dividido.

ii) El número efectivo de partidos (indicador que se obtiene teniendo en cuenta el número de partidos y el peso de los mismos) que afecta a la estabilidad entre el parlamento, la asamblea y el presidente. (Ejemplos característicos de presidencialismo estables con bipartidismo son Costa Rica y EEUU).

4. Leyes electorales mayoritarias y proporcionales. Ley D´hont: cómo se distribuyen los escaños en España

Existen dos tipos de leyes electorales en los sistemas políticos. Por una parte, las mayoritarias, y, por otra, las proporcionales. Dos ejemplos son, respectivamente, Reino Unido y España.

En los sistemas mayoritarios el partido o candidato que obtenga más votos en la circunscripción se lleva el (los) escaño(s) en juego. El resto de partidos o candidatos, por el contrario, no conseguirían ninguno. Este sistema, además de aplicarse en el Reino Unido, se utiliza en la asignación de representantes en el Colegio Electoral que elige al Presidente de los Estados Unidos (si el Partido Republicano obtuviera más votos que el demócrata en el Estado de Wyoming, se llevaría todos los compromisarios en juego en dicho Estado).

Los sistemas proporcionales, se pretende repartir de manera más proporcional los escaños de cada circunscripción, de conformidad con los votos que obtiene cada partido en las elecciones.

En España, en las elecciones al Congreso de los Diputados, los ciudadanos votamos listas cerradas y bloqueadas que presentan los partidos en cada circunscripción. En nuestra provincia, León, los ciudadanos elegimos a 5 diputados. El reparto de los diputados entre las diferentes candidaturas se obtiene después del proceso de aplicación de la Ley D´hont, que es una fórmula proporcional. Dicho proceso es el siguiente: dividimos el total de votos válidos de cada partido entre uno –el cociente se denomina media- el primer escaño se le atribuye a la media mayor, se divide, de nuevo, el total de votos válidos por el número de escaños asignados ya a ese partido más uno, asignando sucesivamente los escaños entre las medias más altas hasta completar el número de escaños. Veámoslo con un ejemplo verídico:

Votos obtenidos en el año 2004 por las tres formaciones mayoritarias en la circunscripción de León (5 escaños a repartir):

PSOE - 156.786 (3 escaños)

PP – 150.688 (2 escaños)

UPL – 13.406

León (2004)

1

2

3

4

5

PSOE

156.786

78.393

52.262

39.196,5

31.357,2

PP

150.688

75.344

50.229,33

37.672

30.137,6

UPL

13.406

6.703

4.469

3.352

2681,2