Alalá
A la vieja manera
A Cachi y Amparo
Yo de noche iría de noche,
en medio del temporal.
Ir de día a la luz del día
eso me da miedo, madre.
En el fondo de tu mirar
se balancea una gamela.
Quién se pudiese ahogar
en el mar que tú enciendes.
Lo que sueño es verdad
como el silencio es un hablar.
Si robé tu retrato
fue para aprender a mirar.
Yo no sabía que había
tanta alegría en las lágrimas
ni nieve en los abedules
ni en las penas esperanza.
Manuel Rivas, La desaparición de la nieve
8 de enero de 2015
6 de enero de 2015
Benjamín Prado - Opción B
Opción B
Siempre tendré la
Esfinge de Gizeh junto al Nilo;
tendré la Gran
Muralla;
tendré el reino de
Aksum;
los móai en
la arena de al Isla de Pascua;
las ruinas de
Zimbabwe; la ciudad de Lagash.
Siempre habrá un
general que usurpe el trono
y un Palacio de la
Moneda en llamas;
prestamistas que
compren
y vendan
nuestra sangre;
pueblos que echen
abajo la estatua de un tirano.
Podré decirle a
otros, aunque ya no lo crea,
que hasta el día
más triste se termina a las doce
y cada cicatriz
tacha una herida
y equivocarse es
sólo el premio del que quiere
aprender de su
error.
Siempre nos quedarán
Lorca y las aduanas;
las selvas en
peligro; la injusticia;
los banqueros; la
plaza de Tian'anmen; Neurda;
la libertad; el
sueño de la revolución.
Todo eso
de lo que yo tendría
que escribir
si te vas.
3 de enero de 2015
Benjamín Prado - Viajero que abandonas esta ciudad del Norte
VIAJERO QUE ABANDONAS ESTA CIUDAD DEL NORTE
Viajero que abandonas esta ciudad del Norte
donde una dulce nieve empapa la razón,
donde los barcos llegan cargados de preguntas
a muelles laboriosos como mi corazón;
Háblale de mi vida, las autopistas blancas
que atraviesan despacio mi vieja soledad;
esa gente que pasa por mi calle, llevando
mi pensamiento al otro lado de la ciudad.
Cuando de ella y de mí queden sólo estos versos,
los hoteles que un día quisimos compartir,
los coches aparcados sobre nuestros recuerdos,
la glorieta de Atocha, donde la conocí.
Dile que estoy parado al final de mí mismo
igual que un policía sin nadie a quien prender,
como un autoestopista debajo de la lluvia,
un multimillonario sin su Mercedes Benz,
Y dile que la extraño y que me siento raro,
igual que un Presidente dentro del autobús,
como una Kawasaki en un cuadro del Greco,
igual que un perro a cuadros, igual que un gato azul.
Cuando de ella y de mí queden sólo estos versos,
los hoteles que un día quisimos compartir,
los coches aparcados sobre nuestros recuerdos,
la glorieta de Atocha, donde la conocí.
Del libro 'El corazón azul del alumbrado', Benjamín Prado (1991)
Para Joaquín Sabina
Viajero que abandonas esta ciudad del Norte
donde una dulce nieve empapa la razón,
donde los barcos llegan cargados de preguntas
a muelles laboriosos como mi corazón;
Háblale de mi vida, las autopistas blancas
que atraviesan despacio mi vieja soledad;
esa gente que pasa por mi calle, llevando
mi pensamiento al otro lado de la ciudad.
Cuando de ella y de mí queden sólo estos versos,
los hoteles que un día quisimos compartir,
los coches aparcados sobre nuestros recuerdos,
la glorieta de Atocha, donde la conocí.
Dile que estoy parado al final de mí mismo
igual que un policía sin nadie a quien prender,
como un autoestopista debajo de la lluvia,
un multimillonario sin su Mercedes Benz,
Y dile que la extraño y que me siento raro,
igual que un Presidente dentro del autobús,
como una Kawasaki en un cuadro del Greco,
igual que un perro a cuadros, igual que un gato azul.
Cuando de ella y de mí queden sólo estos versos,
los hoteles que un día quisimos compartir,
los coches aparcados sobre nuestros recuerdos,
la glorieta de Atocha, donde la conocí.
Del libro 'El corazón azul del alumbrado', Benjamín Prado (1991)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)