7 de octubre de 2009

Almanzor, a su paso por la noble Coyanza

Majo o el Almanzor coyantino

Cuenta la historia que en el ocaso del primer milenio Almanzor pasó por León devastando la ciudad y destruyendo sus templos. Al parecer, y a diferencia de lo que le pasa al patrimonio de Valencia de Don Juan con las decisiones de su alcalde, Martínez Majo, la catedral de entonces aguantó el órdago del depredador árabe. La advertencia a los responsables políticos leoneses que recientemente realizó el Procurador del Común en un informe era esta: que la toma de decisiones cotidianas, que no son tan espectaculares como las del aguerrido califa árabe, no produzcan el mismo efecto a largo plazo sobre nuestro patrimonio que las del chacal de Al-Ándalus.

Esta recomendación, en casos como el del regidor coyantino, iba acompañada de una contundente censura por su actuación al conceder una licencia de obras en un solar donde se hallan unos valiosos restos del vetusto Castro Coviacense sin preocuparse de ponerlos en valor ni realizar las pertinentes excavaciones arqueológicas. Hace años que otro importante yacimiento, la necrópolis de La Muela, situado también en el entorno del castillo, fue sepultado por intereses del sector del ladrillo.

La semana pasada, los vecinos del barrio Santa Marina nos vimos sorprendidos por un acuerdo plenario del Ayuntamiento coyantino. Ahora ya podremos decir que aquí, en pleno centro del pueblo, existía un viejo depósito de aguas construido en 1944 que resistió estoicamente el paso de los años: abasteciendo agua potable a una parte importante de la población hasta mediados de los años 90 y, después, siendo vigía del parque y testigo de innumerables besos que los adolescentes se robaban al anochecer en una no histórica, pero con muchas historias que contar, caseta de madera.

Majo acostumbra a borrar cualquier seña de identidad anterior al 1995, año en que accedió a la alcaldía. A tenor de las placas que con su nombre abundan en la localidad, el nuevo calendario será a. M y d. M. Estamos en el año 14 de la nueva era. Envidiamos iniciativas como la del Palacio de Congresos -que se construirá en el antiguo edificio de la Azucarera de Santa Elvira- o la rehabilitación integral de Araú en San Andrés.

Publicado en La Crónica de León, el 7 de octubre de 2009, página 2

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