2 de diciembre de 2009

La hipótesis de la abundancia o el error de la Ilustración

Economía para un desarrollo sostenible

El concepto de desarrollo sostenible surge cuando las elites académicas y políticas hijas de la Ilustración se dan cuenta de un error de base que hace replantear todas sus teorías: los recursos del planeta son limitados y hay que aparcar la “hipótesis de la abundancia”. Es el gran golpe que recibieron las grandes utopías sociales confrontadas desde finales del siglo XIX. En resumidas cuentas, ni la sociedad sin clases y sin Estado a la que, según Marx, nos llevaría el desarrollo del capitalismo podía proporcionar de todo a todos; ni el paraíso liberal -un Estado mínimo que se limitara a garantizar la propiedad y dejara al mercado asignar sin fin los recursos naturales- se podían sustentar en el tiempo.

El desarrollo sostenible, que implica satisfacer nuestras necesidades presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender las suyas, solo puede llevarse a la práctica si asumimos la siguiente jerarquía elemental: la política gobierna a la economía. Los ejemplos en nuestra historia reciente, dejando de lado otra serie de cuestiones morales, son reveladores: China -o cómo sacar de la pobreza a millones de personas llevando a un país en decadencia hasta el liderazgo económico mundial- y Rusia -o cómo un desregulado paso de una economía planificada a una de libre mercado sumergió a los nuevos países poscomunistas en un marasmo de difícil salida-.

Los primeros partidos políticos en incorporar a su agenda el concepto de sostenibilidad fueron los socialdemócratas europeos -que creen que el Estado debe intervenir en la economía para lograr altas cotas de bienestar colectivo-. Por lo tanto, que esta semana el Gobierno haya aprobado el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible no debe pillarnos por sorpresa; y, en consecuencia, sobraban la mayoría de los fuegos de artificio y declaraciones pirotécnicas que ha recibido esta iniciativa. Esta ley es un instrumento más para cambiar nuestro modelo productivo. Y como la alternancia política es una constante democrática, la ciudadanía no entendería que no hubiera un consenso entre todos los agentes sociales y todas las fuerzas políticas.

Publicado en La Crónica de León, el miércoles 2 de diciembre de 2009

2 comentarios:

Víctor Escapa Montaña dijo...

Lo estamos leyendo Yesica y yo. :) Nos parece muy bueno todo.

Víctor Escapa Montaña dijo...

Querido Jorge, el desarrollo sostenible creo que es un problema que debe ser resuelto en base a una conciencia global.