21 de enero de 2010

Que todas las noches sean noches de boda


Que todas las lunas sean lunas de miel


Inventariando recuerdos del 2009, inevitablemente hay uno especial: la boda de Javi y Susana. El 27 de enero habrán pasado siete meses, si los cálculos no me fallan -que la aritmética no es mi punto fuerte-, desde aquel día tan divertido. Esta entrada había que hacerla ahora y no dentro de cinco meses, ya que hubiera sido más previsible y menos original. Se acerca el momento en que en León podremos escuchar al maestro de la música poética: Joaquín Sabina. Para vosotros, amigos, una de sus mejores canciones.

Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas.

Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.

Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana.

Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.

Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.

Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.

Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.

Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.

Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

"Noches de Boda", de Joaquín Sabina, del disco 19 días y 500 noches