12 de mayo de 2010

Escuelas de infancia en Castilla y León

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Chopera primaveral, imagen perteneciente al álbum "La Ventana de una lágrima"
Derrota. Aunque el título de esta columna bien pudiera equivocarse con el último resultado en casa de la Cultural, en realidad hace referencia a una etapa importante para el desarrollo cognitivo, psicológico, emotivo y social de los más pequeños, según el experto en políticas públicas Vicenç Navarro. En España muchas veces no nos tomamos en serio algunas cuestiones que en otros países europeos, como los nórdicos, hace años que tienen relativamente resueltas. Y la educación de cero a tres años es una de ellas. Mientras en Suecia casi la mitad de los niños acuden a las escuelas de infancia, que abren sus puertas desde el crepúsculo matinal hasta la nocturna puesta de sol, en nuestro país hay un déficit considerable de plazas, lo que dificulta considerablemente la conciliación de la vida familiar y laboral así como la incorporación total al mercado laboral de las mujeres.

Lamentablemente, el Gobierno de la Junta de Castilla y León contempla este período como algo irrelevante y sus escasas iniciativas al respecto las adopta desde la Consejería de Familia al mismo tiempo que traslada su responsabilidad sin dotación presupuestaria a los Ayuntamientos, a los cuales abandona a su suerte en la gestión posterior a la construcción de los edificios. En cambio, aunque los populares intenten ocultarlo, el Gobierno de España, por empeño personal de Zapatero, ha puesto en marcha el plan 'Educa3', que ha posibilitado que tanto en La Robla como en Valencia de Don Juan se estén construyendo sendas guarderías. Y, estando inmersos en el ciclo que el prestigioso economista Stiglitz ha bautizado como la “Gran Recesión”, es necesario ponerlo en valor.

Esperanza. El pasado sábado, en un abarrotado salón de actos del Juan del Encina, ajenas al desenlace de la liga, unas doscientas personas, que sentimos tanta vergüenza del franquismo como del nazismo o el estalinismo soviético, asistimos a un espectáculo teatral enmarcado en las jornadas que el Ayuntamiento de León ha organizado para recordar a Miguel Hernández: “El poeta que no cesa”. El próximo, Serrat vendrá a León a musicar sus versos. Y nos volverá a importar un carajo quién cante el alirón.

Publicado en La Crónica de León, el 12 de mayo de 2010, página 2

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