10 de noviembre de 2010

Ratzinger, provocando

¡Qué cruz!
Las sucesivas visitas a España del Papa Joseph Ratzinger, que además de líder espiritual es jefe de Estado del Vaticano, nos costarán alrededor de treinta millones de euros. O lo que viene siendo lo mismo: unos cuatro mil novecientos noventa y un millones quinientas ochenta mil pesetas. Ni de lejos somos la reserva espiritual de Occidente, pero acudimos solícitamente a engrosar las arcas de la Iglesia Católica siempre y cuando nos lo reclama. Superando lenta y dolorosamente la recesión y encontrándonos en una situación peliaguda, nos llega este injusto diezmo que supone un inmisericorde sablazo al bolsillo del sufrido contribuyente y deja la caja común temblando.

En Compostela, maravillosa ciudad donde residí durante dos años de mi etapa universitaria, manifestó su preocupación por el auge en nuestro país de “un laicismo, un anticlericalismo y un secularismo fuerte y agresivo”, que le recuerda a la Segunda República. En cambio, el Santo Padre nos hace evocar la connivencia de su franquicia española con los golpistas de julio de 1936 y los mercenarios marroquíes así como con sus despreciables aliados: Mussolini (dictador con esa voluntad de carnicero que enviudaba y desangraba a las mujeres italianas, como escribió Miguel Hernández) y los nazis (¡pueblo maravilloso este, que ha inventado la música -Wagner- y el infierno -Auschwitz-!, por decirlo con León Felipe).

Neruda, al que siempre llevaremos en el corazón, explicó algunas cosas de su residencia en España durante la Guerra: bandidos con frailes negros bendiciendo / venían por el cielo a matar niños, / y por las calles la sangre de los niños / corría simplemente, como sangre de niños.

Raztinger debe explicar algunas cuestiones: ¿Por qué ingresó en la Iglesia cuando el Papa Pío XII consentía esa escalofriante maquinaria de matar ciudadanos que fue el régimen de Hitler? ¿Por qué contemporiza con el rufián de Berlusconi? ¿Por qué miró para otro lado cuando los curas toqueteaban a los monaguillos? ¿Por qué su Estado teocrático discrimina a las mujeres? ¿Por qué su relación con la mafia ha inspirado las mejores novelas de Mario Puzo como El Padrino y El siciliano?

Señor, ¡qué cruz!

Publicado en La Crónica de León, miércoles 10 de noviembre de 2010, página 2
'Escalada rocosa', fotografía perteneciente al álbum hermano 'La ventana de una lágrima'

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