7 de abril de 2016

Patricio Pron - El comienzo de la primavera

"Yo era la única mujer del círculo, una especie de cédula trostkista clandestina que nunca realizó ningún atentado debido al terror de Funke a las represalias, de manera que podríamos decir que lo que practicábamos era un especie de "contemplación revolucionaria". Unos años después, como era predecidble, Funke dejó sus estudios para ingresar a la policía, donde su padre le consiguió un puesto cómodo. Imaginármelo muriéndose de susto cada vez que se mira sin querer en un espejo es una de las pocas cosas que me hacen sonreír últimamente...

Nos quedamos en silencio. Un rato después, cuando nos enontrábamos dentro del auto dando vueltas por el sector occidental sin saber qué dirección tomar, alguien, creo que el estudiante de Políticas, dijo, con una inocencia que a mí me pareció reprobable, que jamás había pensado que alguien pudiera disentir tanto con un régimen de los trabajadores. Nosotros éramos trostkistas; el comunismo es una religión sin paraíso, pienso a veces...."

Patricio Pron, El comienzo de la primavera (Random House Mondadori, 2008)


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