15 de septiembre de 2010

El carbón, La banda del capitán canalla y Álvarez Cascos

Del paisano de horror y otros asuntos

La gran paradoja del carbón europeo. No entiendo por qué Europa por un lado baraja el año 2014 como fecha límite para subvencionar la minas, abocando al sector al cierre, siendo el carbón una de las reservas estratégicas de que disponemos, y a su vez financia proyectos de investigación que requieren cuantiosas inversiones, como la Ciuden berciana, que pretenden lograr que la combustión sea limpia. Cuando se logre, no tendremos carbón para quemar y China, que se pasa por la puerta de Alcalá los acuerdos globales para reducir el calentamiento del planeta, se beneficiará de esta tecnología y hará que su milagrosa economía sea, además, sostenible.

Los canallas de la banda del capitán. Valencia de Don Juan estuvo de fiestas. Este sábado, pretendiendo pasar una noche alegre, entre risas, buena compañía y mejor música, soportamos un infamante, soez y patético espectáculo protagonizado por La banda del capitán canalla. De un somero análisis de sus éxitos se desprende el arduo trabajo que hay detrás de esas letras y melodías con las que se pasean por la geografía española creyendo ser graciosos: “Oe, oe, oe”. “A por ellos, oe, a por ellos eo, e. “Alcohol (cinco veces), hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual”. Alguna concejala de fiestas debiera dedicarse a otros menesteres.

Paisano de horror. Goya convirtió a Madrid en símbolo de la resistencia ante la invasión de las tropas napoleónicas y durante la Guerra Civil fue la capital del ¡no pasarán! en la lucha contra el fascismo. Pearl Harbour simbolizó el horror que causaba el ejército imperial japonés allá donde pisaba. Guernica fue elegido por Hitler para probar las bombas de su aviación sobre la población. En Guadalajara, las mercenarias tropas de Mussolini mordieron el polvo. Dresde fue un ejemplo de un bombardeo innecesario que pretendía la destrucción total del enemigo. Hiroshima y Nagasaki están en el primer puesto de la lista de la infamia universal. Coyanza ya no se conoce ni por su Concilio ni por su castillo, sino por la “declaración de Cascos”. Al otro lado de la cordillera cantábrica la batalla se recrudece y desde aquí no entendemos qué pintábamos en esa guerra.

Publicado en La Crónica de León el miércoles 15 de septiembre de 2010, página 2

'Enredadera de bajo consumo', fotografía perteneciente al álbum de fotos hermano 'La Ventana de una lágrima'

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