1 de septiembre de 2010

Reconocimiento a Carlos Mendo

Uno de los nuestros

Carlos Mendo, uno de los grandes del periodismo español, nos dejó la semana pasada. Muchos de los que nos vamos acercando a los 30 años, que tuvimos nuestras primeras inquietudes políticas cuando comenzábamos nuestra andadura por el instituto, nos socializamos con el programa de radio Hora 25 de la Cadena Ser que magistralmente conducía su amigo Carlos Llamas, al que la injusta y bastarda muerte nos lo arrebató cuando aún le restaban muchas noticias que contar, muchos argumentos que esgrimir, muchas opiniones que rebatir y muchas tertulias que dirigir.

La radio, que es el medio de comunicación más empático que existe, ha tenido siempre esa extraña habilidad de hacernos familiares y amigas las voces que nos llegan a través de sus ondas. Mendo, con su brillante currículum, era, pues, una de ellas. Aunque aparentemente pareciera contradictorio, fue uno de los principales impulsores de la fundación del diario El País durante la transición y, a su vez, responsable de prensa de la extinta Alianza Popular, hoy Partido Popular, de los 'siete magníficos', con Fraga y Laureano López Rodó como primeros espadas.

Mendo era conservador en el orden social y liberal en el económico. O, por decirlo como lo hubiera dicho Pablo Neruda, también era conservador en lo económico, ya que lo de liberal es un simple eufemismo para, defendiendo el mercado como el único instrumento válido de asignación de recursos, oponerse a las políticas redistributivas que desde el Estado procurarían una suerte de justicia social, condición indispensable para que el derecho a la libertad no se quede en una mera declaración de buenas intenciones.

Me dice un buen amigo, con el que comparto una visión más progresista de la vida, y consecuentemente más distanciada ideológica y políticamente de la de Mendo, que se ha ido uno de los nuestros porque creía en el pluralismo. Y, ciertamente, así era, puesto que nos hallábamos ante la quintaesencia de la derecha civilizada y tolerante, con la que se podía entrar a debatir con franca dureza el fondo de los temas sin perder nunca las formas y teniendo como límite el respeto al, y la cordialidad con el, adversario.

Publicado el 1 de septiembre de 2010, en La Crónica de León, página 2

"Anochece", fotografía perteneciente al álbum de fotos hermano "La ventana de una lágrima"

1 comentario:

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

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