26 de enero de 2011

El principio del fin...

Piensa en un elefante 

DEP. La Cultural agonizó. De poco sirvieron 88 años de historia y los esfuerzos económicos en tiempos de austeridad realizados por el Ayuntamiento de León para salvarla. Lo fácil hubiera sido desentenderse del asunto, puesto que la Sociedad, desde el punto de vista financiero, es ruinosa; desde el del contribuyente, gravosa. Aún así logró movilizar la friolera de tres cientos mil euros, para pagar las nóminas que se deben a los jugadores y facilitar así la compra de la entidad. Los actuales dirigentes se retrataron para siempre en una foto en la que aparecían riéndose momentos antes de declarar ante el juez toda vez que el administrador concursal tenía intervenida la entidad por su calamitosa gestión. La broma era múltiple: proyectos deportivos fracasados, la cantera destrozada y una deuda desorbitada. Dionisio, Cueto y compañía era difícil hacerlo peor, norabuena.

Enmarcando elefantes. Una de las lecturas pendientes que teníamos era No pienses en un elefante de Lakoff. En su obra busca los valores que unen a los progresistas de norteamérica y sobre los cuales deben pivotar los proyectos a confrontar con los conservadores. La socialdemocracia europea debe aprender las lecciones que se exponen y coordinar sus inciativas comunitarias para que no salgamos de la crisis desbrozando hasta arrepentirnos nuestro modelo del bienestar. Dice Lakoff que no hay cooperación sin confianza ni confianza sin honradez. Unamos las tres cuestiones en rededor de lo que defendemos: responsabilidad social compartida entre todos.

El alma vasca. Conviene hoy recuperar un argumento más que necesario para entender el llamado 'conflicto vasco' que leímos en el ensayo de Iñaki Ezkerra Sabino Arana o la sentimentalidad totalitaria: “De existir el alma vasca, la encontraríamos en Pío Baroja, en Miguel de Unamuno, en el caserío Arretxe, de Altzo, y en el 'Bosque pintado' de Ibarrola. El primero recetó los viajes para curarse del nacionalismo; el que fuera rector de la Universidad de Salamanca rechazó cualquier mentalidad comunitaria conservadora; mientras que el caserío fue objeto de la sinrazón etarra al igual que la obra del escultor vasco.

Publicado en La Crónica de León el miércoles 26 de enero de 2010, página 2
'Horizonte portugués', fotografía perteneciente al álbum hermano 'La Ventana de una lágrima'

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