19 de agosto de 2009

Disidentes de Isabel Carrasco en el PP de León

Acechando a Isabel

Majo, Silván, Castañón y otros desafectos del montón aguardan juntos su turno. Lo mismo hacen Alberto y Esperanza, aunque no lo hagan revueltos. Vladimir y Estragón esperan, que es a lo que se han acostumbrado y lo que mejor saben hacer. Los primeros avizoran a Isabel esperando ávidos cualquier movimiento erróneo que allane el camino a la dirección del PP en León y puedan así zafarse de lo que consideran la férula de Carrasco. Los segundos no se explican cómo ha conseguido Rajoy sobrevivir a dos derrotas electorales y cómo aún está convencido, o esa sensación trasmite, en sus posibilidades de acceder a La Moncloa en un tercer y definitivo duelo contra Zapatero. Los terceros, mientras esperan, interactúan absurdamente con Pozzo y Lucky.

Por el campo, en noviembre, se puede divisar a las cigüeñas observando impacientes al agricultor que ara la tierra para cobrarse un buen botín. El problema de los opositores a Isabel y de los líderes de la era posRajoy es que no divisan cerca tractor ninguno, dado que aún no se ha podido recolectar el maíz -que buen momento podría haber sido las elecciones generales, el congreso del PP provincial, las elecciones vascas y gallegas o las europeas-.

Majo, cuando capitaneaba la insurrección contra la Presidenta, aseguró en este periódico, el 19 de agosto de 2007 y en respuesta a las inquietudes de la militancia, que estaría en el Congreso provincial, con toda probabilidad, “en una lista alternativa a Isabel Carrasco”. Lo único cierto es que el cónclave de los populares leoneses fue un paseo triunfal en loor de multitudes de Isabel y que Majo, que ha refrendado todas y cada una de las decisiones de su Presidenta, está siendo corresponsable de su controvertida gestión.

La militancia popular leonesa también se ha acostumbrado a esperar. Los chicos Almodóvar, si se admite la paráfrasis, han optado por mantener los privilegios que les otorga el statu quo a dar una respuesta a las demandas de las bases. Han perdido legitimidad.

Esperando a Godot es la célebre pieza teatral de Samuel Beckett cuya lectura recomiendo a mis amables lectores que quieran saber qué es de Vladimir y Estragón.

Publicado en La Crónica de León el 19 de agosto de 2009, página 2

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