26 de agosto de 2009

Una suerte de patriotismo económico

Austeridad es patriotismo

Habermas, filósofo perteneciente a la tradición republicana de pensamiento, acuñó la idea de patriotismo constitucional para referirse al que, a su entender, debiera ser el punto de la esfera pública al cual se adhirieran todos los ciudadanos, independientemente de cuál fuera la ideología, el origen o la posición social de estos.

Y, como la teoría del erudito era progresista, la anuencia cívica debiera cristalizarse en derredor de los valores que sustentan la democracia –pluralismo político, elecciones competitivas, derechos civiles, libertades públicas e inclusión social- y no en torno a las fronteras, los símbolos nacionales o las creencias religiosas.

Aunque la fase más devastadora de la crisis (que no tiene precedentes próximos, pues para encontrar un escenario similar hay que remontarse hasta la época de entreguerras) parece haber pasado ya, el efecto sobre el empleo y la economía real aún es dramáticamente sustancial. En España, la simultánea explosión de la burbuja inmobiliaria redobló los efectos de la recesión. En consecuencia, las administraciones públicas que más han visto disminuir sus ingresos han sido las locales.

En el último pleno del Ayuntamiento de Villaquilambre, los concejales socialistas, populares y leonesistas, que desde el comienzo de la legislatura sumaron sus votos para alcanzar la mayoría absoluta, adoptaron una audaz decisión que debe marcar el camino a seguir al resto de alcaldes y concejales que tienen la responsabilidad de regir los destinos de la provincia: rebajarse un 10% las retribuciones asignadas por desempeñar sus tareas. Lo significativo del acuerdo es que el equipo de gobierno -PSOE, PP y UPL- está conformado por las tres formaciones más relevantes de nuestro sistema de partidos. Quizá urja ampliar el acuerdo y que este sea rubricado por sus máximos dirigentes provinciales para ser aplicado, sobre todo, por los cargos públicos de los municipios de mediana y gran población.

Por ahondar en la idea de Habermas: la reducción voluntaria del sueldo de los políticos en tiempos de contracción económica podría ser una buena prueba para testar su patriotismo económico.

Publicado en La Crónica de León, el 26 de agosto de 2009, página 2

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